Google entra en los dominios de otros
Google Domains permitirá a pequeñas empresas y particulares registrar direcciones web y crear sus páginas directamente.
Pocos negocios digitales quedaban en los cuales la ominpresente Google no estuviera inmersa. No obstante, el de la venta y registro de dominios, uno de los más veteranos de la Red, era uno de ellos. Pero la compañía fundada por Larry Page y Eric Schmidt no ha querido dejar ningún hueco sin cubrir y acaba de lanzar un servicio denominado Google Domains (https://domains.google.com) disponible por el momento solo en fase beta y con invitación mediante.
A través de esta plataforma los particulares y, sobre todo, las pymes podrán escoger el nombre de sitios webs, sus terminaciones y hacerse con ellos. Asimismo, en pocos pasos podrán alojar y diseñar su propia página personalizada, con la posibilidad de crear sus subdominios. El servicio está conectado con Shopify, Squarespace, Weebly y Wix para dichos menesteres.
En principio contratar un dominio sale por tan solo 12 euros al año. Por un coste adicional, las empresas también pueden securizar sus páginas, obtener el hosting reliable, tener plantillas para la customizar más la web y acceder a funcionalidades como tienda de ecommerce, arrastrar y soltar o gestión del sitio móvil sin necesidad de saber código. Los usuarios también pueden crear hasta 100 direcciones de correo asociadas a su dominio o enlazarlas con sus cuentas de email ya existentes.
Desde Google asegurar que la idea de desarrollar este producto partió del dato de que el 55% de las pequeñas y medianas empresas no dispone de un sitio web.
Con el lanzamiento de Google Domains la empresa de la gran G pasa a competir directamente con otras empresas como Arsys o 1and1, pero sobre todo con GoDaddy. Este registrador de dominios americano acaba de obtener 100 millones de dólares de financiación y se considera la empresa de registro de direcciones web más grande del mundo acreditada por ICANN.
Algunos temen que este movimiento no sea demasiado favorecedor para Internet. La entrada de Google en este negocio podría implicar que la compañía de Mountain View favorezca sus propios dominios por encima de los externos.