Gmail caído: los riesgos del cloud computing
El cliente de correo de Google, que ha estado inaccesible durante alrededor de tres horas esta mañana, reabre el debate sobre los beneficios y desventajas de trabajar en la nube.
Aunque todavía no se conocen demasiados datos sobre esta importante caída del servicio de correo electrónico basado en la nube más utilizado a nivel mundial, lo cierto es que millones de usuarios se han visto afectados por este peculiar ‘apagón’. Unos más que otros, pero en la suficiente medida como para pensar en las posibles consecuencias que pueden acarrear estos problemas.
El concepto de cloud computing precisamente siempre ha alardeado de permitir a los usuarios un nivel de disponibilidad muy superior al de los sistemas tradicionales. De hecho esto se cumple en la mayoría de los casos. Sin embargo, como ya hemos podido comprobar los usuarios de este cliente de correo en varias ocasiones (y hoy ha sido la última), esta virtud se puede convertir en defecto, con el agravante de no tener cerca a ningún administrador al que avisar de la caída. En los sistemas tradicionales o locales, también existe este tipo de contratiempos, pero al menos tenemos a alguien al que llamar rápidamente para conocer la situación exacta e intentar solucionarlo.
Somos muchos los usuarios que utilizamos Gmail a nivel profesional. Tal y como indica nuestro compañero Peter Judge, editor de eWEEK UK en una columna de opinión recién publicada, “el coste directo de una caída de esta envergadura puede llegar a ser de miles de millones de dólares”.
Tal vez no haya demasiado que reprochar teniendo en cuenta que nos encontramos ante un servicio gratuito que nos proporciona correo electrónico allá donde nos encontremos y un espacio de almacenamiento de más de 7 GBytes. Pero este tipo de problemas también se podrían hacer extensibles a otros servicios de pago como Google Apps, o, en general, cualquiera basado en el modelo SAAS (Software as a Service) , que muchas pymes ya utilizan a nivel profesional para su mensajería, agenda o solución ofimática.