Hay gente que dedica su existencia a la investigación, sacrificando su vida en aras de la evolución de la sociedad. Hay otra gente que trabaja duramente para traer un sueldo mensual a casa y construir una familia, ser felices y comer perdices. También hay gente que se pasa la vida tocándose las narices escribiendo en blogs absurdos sobre tecnología y bebiendo margaritas en el jardín de su casa. Y luego está Ryan, de Googglemarks, que ha fabricado un sensor de proximidad que reacciona a los movimientos bruscos y que puede encender o apagar cosas. Y toda esa gente, queridos amigos, toda esa gente menos el de las margaritas, tiene mi más sincera y rendida admiración.