Samsung tiene planeado lanzar su próximo smartphone insignia Galaxy S8 el 14 de abril en Corea del Sur. La nueva generación del modelo Galaxy S no se presentará por tanto en el Mobile World Congress de Barcelona, como había sido habitual en años anteriores.
La compañía surcoreana que el nuevo teléfono proporcione un impulso a su división móvil, cuya reputación ha sido dañada gravemente por el Galaxy Note 7.
Para ello, quiere asegurarse de que su nuevo teléfono funciona con la última y más potente tecnología. A tal fin, el Galaxy S8 estará equipado con el nuevo chip Snapdragon 835 de Qualcomm, un procesador que integra más elementos en un paquete más pequeño, lo que implica que los fabricantes pueden incluir más potencia en un teléfono más delgado.
Según Forbes, Samsung ha solicitado tantos procesadores Snapdragon 835 a Qualcomm para su nuevo teléfono insignia que el resto de fabricantes ha tenido que recurrir a los viejos Snapdragon 821 para sus dispositivos, o bien optar por retrasar su lanzamiento.
Por ejemplo, HTC ha decidido confiar en el Snapdragon 821 para su nuevo U Ultra. Forbes afirma que LG se verá igualmente obligado a montar en su próximo teléfono G6 un chip más antiguo. El privilegio de acaparar el primer lote de los nuevos procesadores no es sorprendente, dado que Qualcomm anunció que iba a construir el Snapdragon 835 en estrecha colaboración con Samsung.
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