Vivimos en la era de la información. Los datos se han convertido en el activo más valioso de empresas, instituciones e incluso de los ciudadanos. Y dada su importancia, es el momento de reflexionar y decidir cuál es el modelo que deseamos seguir, porque los pasos que estamos dando ahora condicionarán nuestro futuro más inmediato.
Esta inquietud en torno al valor del dato y la soberanía digital se instalaron hace tiempo en el seno de las instituciones comunitarias europeas, dando lugar al desarrollo de Gaia-X. “La iniciativa Gaia-X surge de la convicción de que la economía del dato va a ser uno de los pilares de la economía mundial y de que la economía europea debe tener un papel de liderazgo en ella”, declara José Esteban, CTO de Atos en España y Portugal.
“Las empresas e instituciones europeas comprendieron que los datos digitales son una gran fuente de valor y comenzaron a hacer realidad ese potencial de forma aislada. Ahora se están dando cuenta de que se puede conseguir mucho más valor si esos datos se intercambian de forma segura, confiable y controlada entre varias organizaciones. Hay más valor en la compartición de datos que en su explotación aislada”, añade.
Y esos son los fundamentos de Gaia-X. “Los principios que guían este proyecto son los principios y valores europeos como la apertura, la colaboración, el respeto a la privacidad y a la propiedad de los datos, y la provisión de más y mejores servicios a ciudadanos y consumidores”, precisa.
Todo ello se concreta en un ecosistema federado, abierto y transparente. “Gaia-X se crea con el objetivo de establecer una infraestructura de datos abierta y segura, cumpliendo con los más altos estándares de soberanía digital al tiempo que promueve la innovación. Se trata de la cuna de un ecosistema digital federado y transparente, donde los datos y servicios pueden estar disponibles, recopilados y compartidos en un entorno de confianza”, explica Theresa Bobis, directora regional de DE-CIX para el Sur de Europa.
Por otra parte, John Gazal, vicepresidente Southern Europe & Brazil de OVHcloud, remarca que “Gaia-X es una ambición europea que comenzó surgió en 2019, iniciada por Alemania y Francia, con el fin de abordar la dependencia de las industrias europeas respecto de los proveedores de tecnología cloud no europeos, especialmente en lo que se refiere a la falta de libertad para cambiar de proveedores en un tiempo y a un coste razonables”.
Así pues, afirma que “Gaia-X surge de un problema: que el mercado se convierta en un monopolio”. “El 70% de los datos almacenados en Europa están únicamente en manos de tres players, según los datos recogidos por Gartner, que ha publicado un paper diciendo que hay riesgo de que los proveedores de soluciones cloud no cumplan sus compromisos de servicios abiertos y flexibles”, advierte.
En este sentido, asegura que “hay estrategias para capturar a los clientes en sus servidores con tácticas legales y de precios”. Además, destaca el problema que supone el incremento de los precios. “Es una preocupación en Francia, Italia y Alemania. Y cada vez se está tomando más consciencia en países como España”, recalca.
Además, considera que “la pandemia ha dejado a la vista la cumbre del iceberg”. “Ha evidenciado de forma más intensa esta realidad, el impacto que los datos tienen a nivel geopolítico, económico y ético. Por eso, es importante que cualquier ciudadano o empresario entienda que no puede desentenderse de lo que está pasando en el mundo digital. Es igual de importante que la economía o la energía”, expone.
Bobis señala que “la intención de este proyecto es favorecer la disponibilidad de los datos y la innovación digital a nivel europeo, además de agrupar las soluciones cloud existentes en Europa y desarrollar nuevos métodos y criterios sobre los datos y la infraestructura de acuerdo con las normas de la Unión Europea”, detalla.
Y esto traerá muchos beneficios a las empresas, instituciones y ciudadanos. “Cuando las organizaciones comparten datos, pueden mejorar sus productos y servicios, crear otros nuevos o incluso diseñar nuevos modelos de negocio. Esto redunda en beneficios para los ciudadanos, los consumidores y las propias empresas”, subraya el CTO de Atos.
Además, la responsable de DE-CIX pone el acento en que “la puesta en marcha de un proyecto como Gaia-X supone que miembros tanto del mundo de los negocios, la ciencia y la política internacional puedan crear una propuesta para la nueva generación de infraestructura de datos”.
“Con ello, las instituciones y empresas europeas se pueden beneficiar de un ecosistema digital seguro, abierto y transparente donde los servicios y los datos están siempre disponibles en un entorno compartido y de confianza. Algunos de los beneficios que se buscan obtener son gozar de una interoperabilidad entre las partes interesadas, los usuarios y los proveedores en Europa, de manera fiable; la posibilidad de asociarse con proveedores o usuarios en un ecosistema digital transparente, saber que se garantiza el cumplimiento de las leyes y normativas europeas y habilitar la posibilidad de nuevas innovaciones basadas en los valores europeos”, pormenoriza.
Por ejemplo, Esteban anota que “las empresas e instituciones que intervienen en la cadena de valor de un destino turístico pueden intercambiar datos para que los turistas tengan la mejor experiencia posible, en lugar de estar cada una centrada en un aspecto concreto de la cadena de valor”.
Y expone posibles casos de uso en este ámbito. “Si una excursión se va a retrasar o posponer por una tormenta, los turistas pueden recibir ofertas personalizadas, gratis o con descuento, para otras actividades de su interés que no se vean afectadas. También permite que los viajeros que realizan un viaje utilizando varios métodos de transporte tengan una visión clara de su ruta y que los medios de transporte se adapten de forma flexible y dinámica a cambios o eventualidades. Y si los pasajeros no disfrutan de sus vuelos por problemas con los asientos del avión, por ejemplo, permite que la información fluya en tiempo real, o casi real, desde los pasajeros a la aerolínea, al fabricante del avión y al fabricante o diseñador de los asientos”.
Igualmente, señala que este ecosistema facilitará que “entidades financieras privadas y públicas puedan intercambiar datos para mejorar la detección de delitos financieros, mejorando la lucha contra el crimen y haciendo que sea más fácil y menos costosa para cada entidad”.
Bobis indica que otro de los posibles casos de uso de Gaia-X se encuentra en el ámbito de la salud. “La gran cantidad de datos que se genera en este sector, y además en diferentes fuentes, es una realidad. Todos estos datos recopilan, por ejemplo, historias clínicas o ensayos clínicos de nuevos medicamentos. La tecnología actual permite no sólo analizar todos esos datos para aplicarlos en la mejora de la asistencia sanitaria y los avances terapéuticos, sino hacerlo con todas las garantías de protección para los pacientes”, comenta.
También recuerda que DE-CIX participa en el proyecto ‘TELLUS’. “Estamos desarrollando una plataforma de interconexión compatible con Gaia-X con los otros socios. Además, varios proveedores de nube se conectarán a través de DE-CIX y proveedores de servicios de Internet (ISP) entre sí y con otros proveedores y clientes; y las instancias de software integradas y las interfaces homogéneas formarán una infraestructura de red Gaia-X. Esta infraestructura de red, independiente de la internet pública, pero aún respaldada por su infraestructura, vinculará a los usuarios y proveedores de servicios en la nube federados. Es decir, aplicaciones críticas como aplicaciones de IA, procesamiento de datos en tiempo real o soluciones de software distribuidas”, detalla.
OVHcloud y Atos también están colaborando en la creación de una oferta de cloud de confianza para los mercados europeos, “con el fin de dar respuesta a las necesidades de soberanía digital y soberanía de datos de gobiernos y mercados de todo el mundo, combinándola con la solución innovadora de nube pública de OVHcloud, basada en una infraestructura europea soberana”, puntualiza Gazal.
Además, explica que la compañía se ha comprometido a desarrollar una plataforma única de public cloud OpenStack, “con el fin de atender las necesidades específicas del sector público, así como de los operadores de infraestructuras esenciales y empresas de todos los tamaños que operen en áreas estratégicas o sensibles de interés público”. “La plataforma contribuye a la iniciativa europea Gaia-X, que garantiza el máximo nivel de apertura y transparencia, soberanía de los datos y privacidad, y seguridad de los datos en Europa”, expone.
Tras varios años de desarrollo, el portavoz de Atos afirma que ya “se ha definido la arquitectura tecnológica que permitirá el intercambio seguro, confiable y controlado de datos; se han empezado a desarrollar algunos servicios básicos en modo open source; y se ha comenzado a trabajar en los casos de uso prioritarios para los espacios de datos de los principales sectores de la economía”. Además, adelanta que “próximamente se publicarán detalles sobre las certificaciones Gaia-X”.
Asimismo, Gazal reseña que “recientemente se han anunciado los criterios de cumplimiento y etiquetado de Gaia-X, que permitirán reflejar una mejor gobernanza y establecer controles precisos, alineados con los valores de apertura, transparencia, protección de datos, seguridad y portabilidad de la Asociación”. “El documento sobre las normas de actuación se refiere a la transparencia, la capacidad de control, la fiabilidad, la seguridad y la portabilidad de los servicios, con el fin de garantizar un intercambio de datos y unas plataformas de infraestructura fiables”, expone.
Explica que esto contribuirá al desarrollo de la soberanía europea. “Los usuarios europeos requerirán servicios conformes con Gaia-X; y los actores no europeos serán libres de adaptarse a nuestro marco de soberanía para operar en Europa”, aclara.
Otro hito importante es la creación de los hubs nacionales. Gaia-X España, con sede en Talavera de la Reina (Toledo), se presentó en marzo de este año. “Los hubs nacionales tienen el objetivo principal de crear y afianzar la economía del dato de cada país, fomentando y haciendo posible la participación de todos: sector público y privado; grandes, medianas y pequeñas empresas; administraciones públicas; centros de investigación; universidades; asociaciones; etc. También tienen el papel de canalizar los debates, actividades y desarrollos de Gaia-X Europa al país. Y a la inversa, canalizar las contribuciones y participación del país a las actividades de Gaia-X Europa”, puntualiza Esteban.
Bobis explica que “esta colaboración se canaliza a través de los diferentes grupos de trabajo creados y que tienen el propósito de recoger y desarrollar la perspectiva de cada espacio de datos sectoriales”. “De esta forma, todos los tipos de entidades pueden aportar su conocimiento sectorial para hacer más grande el hub y potenciar con generosidad la compartición de datos”, comenta.
El responsable de OVHcloud considera que “este proyecto contribuirá al crecimiento económico de nuestro país, gracias a la compartición de espacios de datos en sectores claves para nuestro país, como el turismo, que generarán más innovación, también a través de actores locales”.
El despliegue de Gaia-X es constante, pero no está exento de dificultades. “Algunos de los principales retos a los que se enfrenta el proyecto son de índole tecnológica, aunque también de estandarización, de ciberseguridad, de calidad de los datos y de portabilidad. También tiene hitos que superar a nivel de gobernanza y cumplimiento del marco regulatorio europeo, tanto del actual como de los elementos que llegarán en los próximos meses”, aclara la representante de DE-CIX.
Además, Bobis recalca que no hay que olvidar que “se trata de una infraestructura de datos federada formada por un conjunto creciente y heterogéneo de proveedores de aplicaciones, datos e infraestructuras cloud, por lo que hay que tener en cuenta la importancia de que se garantice la interoperabilidad entre diferentes plataformas, en especial con las que dominan el mercado en estos momentos”.
En esta misma dirección, Esteban destaca el reto técnico que supone “hacer que los diferentes estándares, principios de arquitectura y servicios funcionen conjuntamente para que las organizaciones puedan intercambiar datos de forma segura, confiable y controlada, y de forma lo más automatizada posible”.
Pero también se detiene en los retos de adopción, como “demostrar el valor del intercambio de datos mediante pruebas de conceptos y pruebas de valor; así como asegurar la adopción por parte de todos los interesados, especialmente de las pymes, que constituyen la mayor parte del tejido económico español y europeo, y que no tienen la capacidad de hacer grandes inversiones”.
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