Los gadgets más raros del MWC 2015

Las ferias tecnológicas están muy bien para enterarse de lo último de la industria, detectar tendencias y tener en un mismo lugar a todos los jugadores, grandes y pequeños (menos a Apple). Pero después está también el elemento lúdico y de descubrimiento. Al fin y al cabo, se trata de una reunión gigantesca de gente que piensa, innova y fabrica aparatitos de todo tipo. Porque no todo son smartphones y tablets.

El Mobile World Congress 2015 no fue ninguna excepción y, al lado de los omnipresentes smartwatches, smartphones, gafas de realidad virtual y tabletas, vimos también dispositivos que rompen esquemas, algunos por hablarnos de un futuro que vemos todavía lejano (pero a la vez peligrosamente cerca), otros por ser simplemente raros.

¿Ejemplos? El más llamativo es sin duda Runcible, el anti-smartphone creado por tres californianos que creen que estamos demasiado pendientes de nuestras pantallas. Con su diseño circular inspirado en los relojes de bolsillo de antaño y las bases de polvos de maquillaje, carcasa de madera en un mundo de metal, y promesa de que no tendrás notificaciones, han provocado ríos de tinta durante estos días. Y ni siquiera tenían stand propio (estaban siempre por el de Mozilla, al usar Firefox OS de plataforma).

Después estaban los robots que de pronto te encontrabas por los pasillos, con una pantalla en la que veías la cara de una persona que realmente te estaba viendo a ti. ¿Cómo de lejos están los robots de ser una realidad en nuestras casas? Según el Consumerlab de Ericsson, los robots domésticos son una de las tendencias que llegan fuerte en 2015 y, según su estudio, el 64% de los encuestados creen que serán normales en las casas en 2020.

Hay mucho, mucho más. Bastante biometría en los stands que mostraban lo último en investigación, híbridos de todo tipo y el intento de seguir rascando del hecho de que ahora todos seamos fotógrafos, añadiendo cámaras a cualquier cosa. Estos son los gadgets más raros que vimos en el Mobile World Congress 2015.

Fotos por Andrés Fraga

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