Fujifilm impulsa la sostenibilidad a través del almacenamiento en cinta
Ha patentado tecnología que le permitirá fabricar cintas con capacidades nativas superiores a los 500 TB, vida útil de más de 50 años y gasto casi nulo de energía.
Cubrir las necesidades de los centros de datos a nivel de almacenamiento sin generar una gran huella ambiental. Eso es lo que está intentando hacer Fujifilm con el desarrollo de tecnología de almacenamiento en cinta.
Frente a los sistemas de almacenamiento basados en disco, cuyo consumo energético proviene en gran parte del sistema de ventilación y enfriamiento, esta tecnología resulta más eficiente al no consumir electricidad adicional cuando los datos ya han sido escritos.
Fujifilm ofrece una propuesta más sostenible a través de soluciones de almacenamiento de datos compactas y seguras con altas densidades de grabación: 20 Terabytes nativos por cinta.
La compañía ha patentado una tecnología que le permitirá fabricar cintas con capacidades nativas superiores a los 500 TB, una vida útil de más de 50 años y un bajo consumo energético al no necesitar conexión permanente. Contribuirá así a que los centros de datos sean climáticamente neutros.
“El almacenamiento en cinta por el que está apostando Fujifilm repercute en un guardado de datos mucho más seguro y en un gasto casi nulo de energía“, que son “dos elementos que impactan positivamente sobre la sostenibilidad de las empresas que utilizan esta tecnología, tanto desde el punto de vista económico y medioambiental por el ahorro energético que consiguen, como desde la perspectiva de la calidad y la excelencia que pueden garantizar a sus clientes”, comenta Anna Baldrís, Business Development Manager Recording Media de Fujifilm Iberia.
Se espera que su implementación reduzca considerablemente las necesidades energéticas y la huella de carbono de los centros de datos.
Al menos el 60 % de la información almacenada en el mundo se considera inactiva, esto es, debe conservarse durante extensos periodos de tiempo pero rara vez se accede a ella. Si se consigue trasladar a cinta este volumen de datos, las emisiones de CO2 podrían reducirse en 72 millones de toneladas en una década.