Este lunes la policía francesa ha llevado a cabo una redada en las oficinas de Uber en París.
Como parte de la investigación abierta contra la aplicación UberPop, un servicio de bajo coste que permite poner en contacto a usuarios y taxistas particulares, los agentes han incautado correos electrónicos, documentos y teléfonos móviles utilizados por los conductores de Uber.
En Francia este servicio se ha considerado ilegal a raíz de la entrada en vigor de una nueva ley el pasado 1 de enero. La ley requiere que todos los conductores de taxi tengan licencia y estén asegurados, condiciones que, según las autoridades francesas, UberPop no cumple.
En esta misma línea, UberPop se ha prohibido en otros países europeos como Holanda, Bélgica y España. En nuestro país, la compañía se ha mostrado dispuesta a trabajar con las autoridades en “una legislación moderna que permita su servicio”.
En declaraciones a los medios franceses, Uber ha descrito la redada de esta semana como una táctica de “intimidación” por parte del gobierno francés. “Vemos en esta incursión una acción desproporcionada”, ha afirmado Thibaud Simphal, director general de Uber Francia.
La compañía estadounidense insiste en que su servicio es legal en el país y ha presentado una serie de alegaciones frente a la Comisión Europea.
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