“Cualquier incidencia se convierte en un calvario; llamadas a los servicios de atención al cliente, faxes, reclamaciones ante a la administración o ante las organizaciones de consumidores…”, encabeza la información de El País que informa sobre sentencia de la Audiencia provincial de Madrid que intenta poner coto a los abusos que miles de usuarios sufren de las operadoras de telefonía.
El caso se remonta a 2005 cuando a un matrimonio le interrumpieron el servicio de banda ancha contratada con Telefónica, ante el secuestro de la línea por la antigua Wanadoo, filial de France Telecom, una portabilidad que no habían solicitado.
El fallo considera que la pareja (que necesitaba imperiosamente el servicio a Internet para su trabajo diario) sufrió un calvario e incomodidades personales y profesionales, por lo que estima la indemnización de 6.100 euros.
Esperemos que cunda el ejemplo o mejor, que no sean necesarias este tipo de demandas.
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