La cruda realidad de trabajar en Foxconn, a golpe de poesía
Xu Lixhi, trabajador de Foxconn, se suicidó en pasado mes de septiembre. Sus poemas son ahora la crónica más fiable de cómo es trabajar en la compañía.
Xu Lizhi es uno de los nombres que engrosa la larga lista de suicidios entre trabajadores de Foxconn.
Pero el nombre de este joven de 24 años no quedará relegado al olvido como probablemente lo harán otros trabajadores de la compañía que decidieron poner fin a sus vidas. Los 14 suicidios ocurridos en 2010 pusieron en el punto de mira a la compañía china y, tras la presión social y mediática que se han extendido hasta hace bien poco, Foxconn reaccionó. Aumentó la representación sindical en sus centros, una medida que se interpretó como consecuencia directa de la visita de Tim Cook a China.
La compañía también ha hecho mejoras en las instalaciones. Como señala BusinessWeek, construyó campos de baloncesto y piscinas olímpicas que después de todo han mitigado – pero no eliminado- los suicidios.
Xu era aficionado a escribir poesía y colaboraba regularmente en el periódico interno de la fábrica de Shezhen de la compañía, Foxconn People.
Tras su suicidio, sus escritos han cobrado más relevancia y se han convertido en el documento más fiable de cómo es trabajar en Foxconn.
“Sin tiempo para la expresión, la emoción se convierte en polvo/ Tienen estómagos de hierro forjado/ Llenos de ácido espeso, sulfúrico y nítrico/ La industria capta sus lágrimas antes de que tengan la oportunidad de caer”, escribe en uno de sus poemas.
En otro de los escritos el joven describe sus condiciones de vida en la fábrica. “Un espacio de diez metros cuadrados/ estrecho y húmedo, sin luz solar en todo el año […] Toso, tengo dolores de cabeza, me hago mayor, me enfermo pero sin conseguir morir/ Bajo la luz amarilla tengo la mirada perdida y río como un idiota”.