El malware es imparable. Lo dicen cada año las empresas de seguridad en sus informes anuales y trimestrales, y además cada vez es más complejo. Investigadores de varias organizaciones y compañías de seguridad han identificado y analizado una nueva amenaza de malware que ha sido utilizada fundamentalmente en ataques de ciberespionaje en Oriente Medio.
Según el Iranian Computer Emergency Response Team (MAHER), el malware, al que se ha bautizado como Flame, podría ser el responsable de los últimos incidentes de pérdida de datos en Irán. Además, también hay razones para creer que el malware está relacionado con las amenazas de ciberespionaje de Stuxnet y Duqu.
Investigadores de la empresa de seguridad Kaspersky también han analizado el malware y han descubierto que aunque es similar a Stuxnet y Duqu en cuanto a propagación geográfica y objetivos, tiene características diferentes y es más complejo que los anteriores.
Flame tiene un kit de herramientas de ataque muy grande con muchos módulos individuales capaz de ejecutar varias acciones individuales, la mayoría de las cuales están relacionadas con el robo de datos y el ciberespionaje.
Entre otras cosas, Flame puede hacer uso del micrófono del ordenador y grabar las conversaciones, tomar fotografías de aplicaciones particulares, grabar las pulsaciones del teclado, husmear en el tráfico de red y comunicarse con dispositivos Bluetooth cercanos.
Es probable que una de las primeras versiones de kit de herramientas fuera creada en 2010 y que sus funcionalidades fueran extendiéndose posteriormente gracias a su arquitectura modular.
Destacar también que Flame es mucho más grande que Duqu y Stuxnet. El tamaño combinado de todos los componentes de Flame alcanzaría los 20MB y sólo un archivo es de 6MB. Otro aspecto destacado es que algunas partes de Flame fueron escritas en LUA, un lenguaje de programación muy poco utilizado en el desarrollo de malware.
Flame se extiende a otros ordenadores copiándose a sí mismo en dispositivos USB, además de explotando una vulnerabilidad no parcheada en Microsoft Windows. Cuando infecta ordenadores protegidos por programas antivirus, Flame evita realizar algunas acciones o ejecutar código malicioso que pudiera llevar a su detección, lo que le ha permitido pasar desapercibido durante tanto tiempo.
Las mayores zonas de infección de Flame son Oriente Media y África, fundamentalmente en países como Arabia Saudí, Egipto, Irán, Israel, Líbano y Sudán. Sin embargo, Symantec también ha identificado infecciones en Austria, Emiratos Árabes, Hong-Kong, Hungría y Rusia, por lo que no se descarta que las infecciones se originaran a partir de portátiles que temporalmente han estado en el primer grupo de países.
Como ya ocurrió con Duqu y Stuxnet, no está claro quién es el responsable de Flame, aunque la complejidad y cantidad de recursos necesario para crear algo similar ha llevado a los investigadores de seguridad a creer que está desarrollado o costeado por un estado.
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