Había cierta esperanza acerca de que el próximo teléfono de gama alta de Samsung, que ya ha sido bautizado como Galaxy S5, abandonase la tradicional carcasa de plástico de la firma surcoreana.
En su lugar, se hablaba de una estructura de aluminio con aspecto más elegante y concordante con las alternativas de otros rivales en el sector smartphone.
Pero este cambio podría acabar cayéndose de la lista de especificaciones del Galaxy S5, donde también se incluyen de momento el sistema operativo Tizen, una pantalla QHD, procesador de 64-bit, memoria RAM de 4 GB, cámara fotográfica de 16 MP y escáner de iris.
Según informa DigiTimes, los costes de incluir una carcasa metálica habrían tumbado el proyecto, aunque no se ha llegado a descartar totalmente y tendremos que esperar un poco más para comprobarlo con nuestros propios ojos.
Una solución intermedia podría ser optar por algún tipo de material compuesto, combinando el plástico con fibra de vidrio o de carbono. Lo veremos.
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