¿Cuántas veces no hemos oído la siguiente retahíla? “Les amenacé con cambiarme de compañía y, al final, les he sacado este pedazo de móvil, que además era el que quería” (y el interlocutor muestra su trofeo como antaño se exhibía el ‘peluco’ de oro). Al parecer, el presunto ‘chollo’ tiene sus días contados. Presunto, porque nunca ha quedado claro si la estrategia de subvencionar terminales móviles por parte de las compañías telefónicas para captar clientes o para mantenerlos le salía del todo gratis al consumidor.
La campanada la dio Movistar en la recién clausurada Mobile World Congress (MWC) de Barcelona al anunciar un cambio de estrategia. A partir de este mes deja de subvencionar sus móviles. El comunicado ha sido recibido como un tsunami en el sector.
Con una cuota de mercado de algo más del 40%, según los últimos datos publicados por la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), Movistar es el primer operador móvil de España. Supone, por tanto, que cualquier modificación en su política comercial obliga al resto de compañías a modificar o, al menos, a revisar las suyas.
A partir de ahora, quien quiera renovar su móvil en la compañía presidida por César Alierta tendrá que comprárselo. Eso sí, Telefónica facilita la adquisición, financiando los costes a través de Finconsum, filial financiera de La Caixa, que es, a su vez, uno de los principales accionistas de Telefónica. Todo queda, de alguna manera, en casa.
Los intereses del crédito correrán a cargo de la compañía telefónica. Así las cosas, un nuevo cliente que adquiera un ‘smartphone’ contará con un crédito que podrá ir pagando con cada factura en mensualidades mínimas de 10 euros y en plazos de hasta 18 mensualidades.
El nuevo móvil será libre, lo que supone que puede operar con cualquier tarjeta sim. En 2011, sólo el 3% de los móviles comprados en España estaban liberados y sin ningún tipo de subvenciones. También se contempla la posibilidad de que los clientes devuelvan los móviles que ya no utilicen y reciban a cambio hasta 245 euros al adquirir uno nuevo.
El alto coste de los ‘smartphones’ está detrás de esta nueva iniciativa comercial. La subvención de teléfonos supone para las compañías un coste anual de 1.300 millones de euros. Por otro lado, el 26% de los ingresos de las operadoras en España tiene que destinarse a costes de adquisición y retención de clientes, mientras que en Europa representa el 16%. Bien es cierto que nuestros vecinos comunitarios no suelen subvencionar los móviles.
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