El espectacular crecimiento que los juegos online están teniendo en las redes sociales está impulsando a muchas compañías como Google a entrar en este mercado y a muchos desarrolladores a replantearse el diseño de los videojuegos.
En la actualidad Facebook se está convirtiendo en la mayor plataforma mundial de juegos con cerca de 200.000 miembros activos.
Entre las aplicaciones más exitosas se encuentran aquellas que tienen que ver con el azar o las cartas y las relacionadas con el cuidado de mascotas. Así los principales desarrolladores para la red social de Zuckerberg son Zynga, de San Francisco, y Playfish, compañía londinense que ha conseguido granjearse con sus juegos cerca de 60.000 usuarios en tan sólo 18 meses.
Según señala Kristian Segerstrale, el éxito de este software reside en las emociones entre amigos que pasan de reproducirse de la vida coticiana a las plataformas sociales. “Puede haber competición, cooperación, expresión, comunicación, como ocurre en los juegos de la vida real”.
Lo atractivo de esta forma de relacionarse es que se puede interactuar con amigos y gente conocida, según recoge The Financial Times. En los juegos en red esto también ocurre, aunque en la mayoría de las ocasiones las partidas acaban siendo con extraños. Brian Fargo, desarrollador, señala: “Quiero jugar ahora porque quiero ganarles. La dinámica social de conocer a la gente que está al otro lado realmente cambia las cosas para mí”.
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Su cometido pasa por consolidar y ampliar el ecosistema industrial en España y Portugal.