Se trata de una cuestión cuya regulación aún plantea algún dilema y no resulta demasiado sencillo proceder a dar de baja el perfil en una red social de alguien que ha fallecido. Por esta razón en la gran mayoría de los casos los usuarios que fallecen continúan teniendo activos sus perfiles.
En concreto durante 2012 fallecieron tres millones de usuarios de Facebook, lo que según la estadística elaborada por la empresa DAS sumaría 30 millones de cuentas en dicha red social pertenecientes a usuarios que ya no se encuentran en el mundo de los vivos.
La propia red social ofrece un formulario mediante el que notificar el fallecimiento de un usuario ofreciendo la posibilidad de transformar la cuenta en lo que denomina cuenta conmemorativa. Los familiares directos del fallecido, cuya identidad debe ser comprobada, serían los encargados de contactar con Facebook para gestionarla solicitud aportando partida de nacimiento y certificado de defunción del usuario así como la documentación que acredite legalmente que quien lo solicita es representante legal o heredero del fallecido.
No todo el mundo se toma la molestia de proceder de esta manera y de ahí que la inmensa mayoría de los perfiles de personas fallecidas continúen presentando el mismo aspecto y apareciendo como perfiles activos.
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