Fabiola Pérez (MIOTI): “La tecnología debería pensarse también desde el punto de vista femenino, para que no exista ese sesgo que perjudica a las mujeres”
Los planes de igualdad, las políticas de conciliación y la educación son algunas de las palancas para impulsar la presencia de la mujer en el sector tecnológico, según apunta Fabiola Pérez, CEO de MIOTI.
“Es importante educar a todos los niveles. Desde el entorno familiar, la escuela, el trabajo y la sociedad, en general, para que la presencia de la mujer en éste y otros sectores se perciba como algo natural”, declara Fabiola Pérez, CEO de MIOTI, en la entrevista con la que concluye nuestra serie ‘Women in Tech’. Además, defiende el papel que juegan los planes de igualdad para impulsar la conciliación familiar.
Ingeniera de Telecomunicaciones y Científica de Datos, es CEO de MIOTI desde febrero de 2022, empresa de la que también es cofundadora. Tiene más de 15 años de experiencia en desarrollo de software, aplicación de nuevas tecnologías y creación de negocios.
¿Cuál es su valoración sobre el papel de la mujer en las carreras STEM en España, particularmente en el sector tecnológico?
Actualmente, nos encontramos ante un importante retroceso. Si echamos la vista atrás, desde principios del año 2000 y hasta el 2010, la situación era algo más favorable, ya que la presencia de la mujer en las carreras STEM ha ido cayendo desde 2016. Quizás esto se deba al auge de las redes sociales y las carreras digitales, como el marketing digital, en las que la presencia de la mujer sí que es destacada. Y es que el talento femenino, que antes optaba a carreras de ingeniería industrial, informática, electrónica, matemáticas, telecomunicaciones, etc., ahora se decanta más por el marketing digital y el mundo de las apps, donde, en cierto modo, también existe un importante componente tecnológico.
Por todo esto, cuando hablamos del papel de la mujer en tecnología debemos de diferenciar bien las distintas áreas. Si tenemos en cuenta el ámbito de la digitalización, con profesiones como las que mencionaba antes, así como el área de las startups tecnológicas, podemos decir que hay más mujeres que nunca. Pero si nos centramos en el ámbito concreto de las carreras STEM, el interés de las niñas por las mismas es cada vez menor.
¿Qué se está haciendo bien desde el ámbito universitario y formativo? ¿Y en qué iniciativas cree que queda más camino por recorrer?
Desde el punto de vista universitario, desconozco si se están llevando a cabo iniciativas de esta índole. En lo que respecta a la formación y las instituciones privadas sí que se está evolucionando mucho para acortar esa brecha femenina. De hecho, ya existen muchas asociaciones e iniciativas privadas que están impulsando el papel de la mujer en TI, como es el caso de Women in Tech, ASTI Foundation o Womenalia, entre otras.
También hay mucho camino que recorrer en el caso de las iniciativas de formación profesional. En este sentido, deberíamos acercarnos más a modelos de otros países, como Alemania, donde ya desde la educación de bachillerato se decide si los niños van a ir a formación profesional o a la universidad, con el fin de impulsar esa formación más corta, pero más profesionalizada.
Por otro lado, si nos centramos en el ámbito del data science, una de las áreas de mayor foco para MIOTI, vemos que existe un importante sesgo desde el punto de vista de la inteligencia artificial, ya que son tecnologías que no se plantean teniendo en cuenta el punto de vista de la mujer. Y es que la tecnología debería pensarse también desde el punto de vista femenino, para que no exista ese sesgo que perjudica a las mujeres.
Oportunidades en data science, IA y ciberseguridad
¿Cuáles cree que son los perfiles de carreras donde hay más potencial y/o oportunidades para la mujer?
Según el último informe de Empleos Emergentes de LinkedIn, las carreras donde existe más potencial son aquellas relacionadas con la ciberseguridad, la IA y el mundo de los datos. Además, desde un punto de vista oportunista, si hay pocos perfiles en estas áreas, será mucho más fácil que predomine el talento femenino y que, por tanto, no exista ese sesgo. De ahí que debamos animar a las mujeres a formarse en materias como el data science o la ciberseguridad, ya que son las que más demanda están experimentando ahora, y, muy probablemente, serán las que se sigan requiriendo más en el futuro.
¿La brecha de género es mayor que en los países de nuestro entorno? En caso de ser así, ¿por qué?
Aunque en España esa brecha de género es bastante importante, no es la región que está más rezagada. Existe un progreso, y todo lo que se está haciendo para ayudar a las niñas de entre 12 y 14 años en su elección de bachillerato traerá resultados positivos a largo plazo. De hecho, ya son muchas las empresas y asociaciones que están desarrollando programas para animar a las niñas a formarse en tecnología.
Por otro lado, también me gustaría destacar que, en todo lo tiene que ver con el reskilling, la presencia de la mujer está creciendo, pero más hacia otros ámbitos tecnológicos, como el marketing digital, tal y como afirmaba antes.
¿Qué percepción tiene de este último año? ¿Se ha reducido esta brecha o la situación es similar?
Nos encontramos en una situación muy similar a la que teníamos hace unos años. Por ejemplo, MIOTI ha apostado por el talento femenino desde que se fundó en 2017, y ya en nuestra primera promoción llevamos a cabo una estrategia en favor de la mujer, que mantenemos actualmente. No obstante, la presencia de alumnas ha ido disminuyendo. Si en la primera promoción ésta era del 30%, ahora es del 15%.
Por otro lado, sí que hemos experimentado una importante mejoría en lo relativo al emprendimiento femenino y a la presencia de la mujer en tecnologías relevantes, lo que está dando lugar a unos modelos con los que se pueden identificar las niñas de entre 12 y 14 años. Modelos que debemos potenciar como sociedad, y sobreexponerlos para que se vea que hay capacidad de mejora.
Planes de igualdad y conciliación
¿Piensa que se están adoptando las políticas necesarias para reducir dicha brecha? ¿Qué cree que se debería hacer para lograrlo? ¿Y para quebrar el ‘techo de cristal’?
Aunque son políticas que no contribuyen a la hora de impulsar la productividad y el crecimiento empresarial, los programas tradicionales, como los relativos a los permisos de maternidad, están contribuyendo a eliminar esa brecha, ya que nos ponen a todos en la misma situación. Y es que, con la situación de desventaja que existe actualmente, creo que es fundamental que las empresas se centren en el desarrollo de planes de igualdad, para impulsar la conciliación familiar en detrimento de la productividad a corto plazo. Sólo así conseguiremos que el talento femenino crezca, aunque la cultura empresarial siga estando todavía muy masculinizada.
Para conseguir este objetivo, es importante educar a todos los niveles. Desde el entorno familiar, la escuela, el trabajo y la sociedad, en general, para que la presencia de la mujer en éste y otros sectores se perciba como algo natural.
¿Qué representación tiene la mujer en su organización? ¿Están tomando medidas para avanzar hacia la paridad? ¿En qué consisten?
Prácticamente el 50% de nuestros empleados son mujeres. Y tenemos más mujeres que hombres en puestos de dirección. No obstante, en los departamentos de ingeniería de nuestras startups apenas hay mujeres, por lo que seguiremos reforzando nuestra estrategia para que esto cambie.
Es fundamental crear esos referentes femeninos en las organizaciones y llevar a cabo una discreta discriminación positiva si queremos ver un cambio real.
¿Cuál ha sido su experiencia propia? ¿Alguna vez se ha sentido relegada frente a sus colegas por ser mujer?
Afortunadamente, he trabajado en empresas donde se daba más importancia a los méritos a la hora de progresar profesionalmente que a las condiciones particulares de género, edad, etc. Es el caso de MIOTI, donde el sesgo lo vemos más en cuestiones de edad, ya que estamos viendo mucha gente con años de experiencia en otras áreas que quiere reinventarse y optar a puestos tecnológicos, donde sus jefes son más jóvenes.
No obstante, en lo relativo a los entornos de trabajo con clientes sí que me he sentido relegada en cierto modo, ya que, durante más de 15 años, he trabajado en un ambiente donde predominaba la figura masculina, y donde los interlocutores de mis clientes eran mayoritariamente hombres.