Miguel Salgado, director general de F5 Networks para Iberia, nos explica el siguiente paso en la virtualización de servidores, hacer lo propio con los recursos de almacenamiento.
Algunos de los retos de las compañías son ofrecer productos y servicios más complejos, funcionar de forma más rápida y tomar decisiones informadas. Para ello, cada vez crean y consumen una cantidad mayor de datos. En este contexto, la virtualización de servidores aparece como una tecnología clave para permitir a las TI hacer más con menos: reducir el hardware e incrementar la flexibilidad. Pero también está suponiendo cambios en la forma en que las compañías gestionan su almacenamiento, incrementando la demanda de capacidad e impulsado un cambio hacia una infraestructura de almacenamiento en red virtualizada. Si la virtualización de servidores es el primer paso en la evolución del centro de datos hacia la nube, ¿cómo evolucionarán las necesidades de almacenamiento?
La nube tendrá un impacto en la infraestructura y procesos de TI que no puede preverse. Sin embargo, la adopción de la virtualización de servidores nos da algunas pistas: aunque es cierto que puede disminuir los costes de la infraestructura del servidor, puede tener el efecto contrario en la del almacenamiento. Los servidores virtuales consumen más capacidad de almacenamiento que los físicos y crean una demanda adicional en el almacenamiento en red, pero se implementan más fácilmente y su coste es menor. Por ello, las empresas suelen añadir más de los necesarios que, normalmente, permanecerán inactivos, pero consumiendo la misma capacidad de almacenamiento. La virtualización de servidores está acelerando el cambio hacia el almacenamiento en red: si se virtualizan más servidores de aplicaciones, los datos están en red y, por ello, deben ser ubicados en un almacenamiento centralizado al que pueda acceder cualquier servidor virtual.
La virtualización de archivos es un tipo de virtualización de almacenamiento que permite que los datos de archivos se muevan sin interrumpir al usuario y agregando capacidad de almacenamiento físico de distintos dispositivos en un entorno de almacenamiento virtual, con una gestión más fácil de la capacidad disponible para el usuario. Por ejemplo, los departamentos de TI suelen provisionar más capacidad de almacenamiento de la necesaria en previsión de un futuro crecimiento pero, muchas veces, éste no se produce; este tipo de virtualización puede ser la solución, aumentando la capacidad sólo cuando se necesita. Además, la virtualización de archivos puede ayudar a gestionar los costes mediante el tiering de almacenamiento automatizado, enviando los datos de más valor van al almacenamiento de mayor rendimiento –y coste- y los de menor valor a los de bajo coste –y menor rendimiento-.
Por su parte, el almacenamiento en la nube reduce costes de capital y de explotación. Muchas empresas han desarrollado nubes privadas, ofreciendo el almacenamiento en red como un servicio interno. La virtualización de almacenamiento puede automatizar el proceso a través de políticas de tiering que ofrecen rendimiento al menor coste posible. Si una compañía opta por la nube pública, más adecuadas para datos que tienen que ser guardados pero que están inactivos, necesita determinar qué tipo de datos son susceptibles de moverse a ésta. Una vez más, la virtualización de archivos puede ayudar: si la empresa ya está utilizando el tiering en el centro de datos, puede utilizarlo para migrar, de forma automática, los datos inactivos a la nube pública. Los centros de datos actuales son muy diferentes a los que encontrábamos hace unos años y dentro de un tiempo, lo serán incluso más. ¿Cómo pueden afrontar este cambio las empresas? La virtualización del almacenamiento ayuda a las organizaciones a responder a ello, facilitando el movimiento de datos y su almacenamiento eficiente en la red. La virtualización del servidor y del escritorio son sólo los primeros pasos en el cambio hacia ofrecer la TI como un servicio y la virtualización de archivos facilita a las compañías aprovechar las ventajas del almacenamiento en la nube y gestionar los nuevos retos en TI que la nube, inevitablemente, traerá.