Alfonso Ramírez, director general de VMware para España y Portugal, nos explica las ventajas de la virtualización tanto a nivel de rendimiento con la misma infraestructura como ecológico.
El cambio es algo inherente a la cultura empresarial. Adaptarse a nuevos tiempos y tendencias es clave para sobrevivir en un entorno cada vez más dinámico. Los departamentos de TI no son ajenos a esto, y lo que hace unos meses era una prioridad no pasa ahora de ser un apunte más en la hoja de tareas.
No hace mucho, un responsable de data center tenía en su lista hacerse con servidores de doble núcleo con una gran cantidad de memoria instalada. Potencia, refrigeración y grado de utilización de la CPU son ahora el epicentro de los cambios que se producen en los centros de datos.
Los directores de TI miden la calidad de su trabajo por el ratio de uso de CPU, buscan optimizar el rendimiento de cada una de las máquinas para maximizar su capacidad de cálculo y ajustar el gasto energético.
La virtualización permite utilizar una única máquina física para albergar en ella múltiples máquinas virtuales. En el caso de las grandes corporaciones, con amplias granjas de servidores, los ahorros más visibles se materializan en el menor espacio que ocupan los servidores físicos y en la reducción de la potencia necesaria para mantenerlos operativos y de los costes asociados con el aire acondicionado para asegurar una temperatura óptima de funcionamiento.
A la hora de abordar la adquisición de hardware más moderno, es más interesante invertir en un servidor de mayor tamaño que sustituir máquinas individuales. La cantidad de energía que consume es poca más que un equipo más pequeño, mientras que ofrece un mayor nivel de recursos utilizables.
Con la virtualización se consigue un uso más eficaz de todos los recursos de TI. Pero no sólo eso. Se trata también de la opción más ecológica, ya que se emplea un número menor de equipos físicos, lo que redunda en menos consumo eléctrico, tanto de servidores como de máquinas de refrigeración, y en una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Además, también se reducen los equipamientos de red, los sistemas UPS e incluso el cableado necesario para interconectar todos los equipos. En definitiva, la virtualización también facilita un impacto menor de los negocios en el medioambiente.
La decisión de virtualizar el parque de servidores no implica necesariamente que la compañía no va a adquirir nuevo hardware. Sin embargo, le permite reutilizar los equipos obsoletos como máquinas adicionales para testeo o para albergar réplicas que garanticen la continuidad del negocio. La ecología no se convertirá quizás en el objetivo final de las TI, pero estrategias como la virtualización dan como resultado ahorros de costes, centros de datos más eficientes y, también, compañías más verdes. Íntegro