Los centros de datos son responsables en estos momentos de aproximadamente el 2% del consumo eléctrico global, tal y como apuntan estudios de organismos independientes. Un porcentaje que se irá incrementando según se desarrolle la economía digital. Para reducir las emisiones derivadas de este consumo será necesario contar con centros de datos que utilicen fuentes de energía limpia como la eólica o la solar.
Pero nos encontramos con que la rigidez de los actuales estándares de diseño de centros de datos no promueven de forma directa el uso de este tipo de energía. La simplicidad y claridad de estas normas, creadas hace casi veinte años, las han convertido en referentes globales para el diseño de centros de datos, pero en el momento actual deberían ser revisadas, ya que no reflejan el impulso actual hacia la innovación y la sostenibilidad.
En estos momentos, los estándares actuales se estructuran en cuatro clases progresivas:
Sin embargo, se quedan fuera muchos diseños de alta disponibilidad, pero con otras características. Por ejemplo, no se valoran centros diseñados para utilizar únicamente fuentes de energía renovable. Sólo permiten su uso junto con la alimentación de red eléctrica y los generadores diésel. En consecuencia, se sacrifica la eficiencia para cumplir con la normativa. Mantener un sistema de clasificación inflexible, sin querer, puede contribuir a aumentar el consumo de combustibles fósiles.
De la misma forma, es importante destacar el auge de las arquitecturas de cloud híbridas y públicas cuya mayor capacidad de cálculo y almacenamiento se aloja en centros de datos profesionales. Estos proveedores especializados en colocation deben realizar fuertes inversiones para mejorar la sostenibilidad, y en ocasiones realizan topologías no tradicionales, como la interconexión entre múltiples centros. Se logra el mismo nivel de disponibilidad, aunque no pueden ser categorizados si se aplican los estándares vigentes.
Creemos que el sector está preparado para una clasificación más abierta y flexible, apoyado por todas las partes, que promueva la innovación en el diseño de centros de datos sostenibles, y que no sólo tendrá que acreditar la disponibilidad, sino también la eficiencia.
Para ello, proponemos un modelo basado en tres factores: Resiliencia, donde cada componente del diseño se evalúe en base a su capacidad de recuperación; Sostenibilidad, en base a la fuente de energía utilizada; y Eficiencia, utilizando el PUE como indicador aceptado por la industria.
Estas medidas no sólo serán beneficiosas para el propio sector, sino que ayudarán a los CIO y responsables de sistemas e infraestructuras en su día a día. Cada vez se preocupan más por el impacto medioambiental de sus centros de datos y de sus proveedores, así que es importante que conozcan el alcance y las limitaciones de los estándares de diseño de centros de datos. Les ayudará a mejorar la resiliencia, sostenibilidad y eficiencia de sus instalaciones y les permitirá seleccionar el mejor proveedor para sus necesidades.
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