Con el fuerte desarrollo tecnológico y la dependencia cada vez mayor de los procesos de Negocio de las TI, los Procesos de Aseguramiento de la Calidad del software se han convertido en una necesidad. Juan Manuel Ferrar, director general y cofundador de Métodos y Tecnología nos habla de ello.
Y es que cuando una empresa cuenta con más de un proveedor de software, una práctica cada vez más habitual, es muy recomendable que compruebe la integración de éstos antes de su funcionamiento.
La Calidad del Software ya no es algo alejado de la realidad o ajeno a las empresas, y cada vez son más las que apuestan por comprobar el correcto funcionamiento de los recursos, previos a su utilización. De hecho, según un reciente estudio publicado por Deloitte, la mayoría de los directivos considera de mucha importancia (45,3%) o de alguna importancia (38%) la calidad en el software. Estos datos confirman que comienza a ser una prioridad en la alta dirección de las empresas, y que están comprendiendo la importancia que tiene la calidad desde el punto de vista estratégico al prevenir fallos en sus sistemas que al final significa ofrecer un mejor servicio al cliente y un ahorro de costes.
Por este motivo, para mejorar la calidad de los productos, la industria del software se ha centrado en la última década en la mejora de sus procesos de desarrollo. Esta no ha sido tarea fácil ya que la complejidad y el tamaño del software crece rápidamente a medida que los clientes y usuarios son cada vez más exigentes. En este sentido, se han ido creando y estandarizando lenguajes para definir comportamientos por defecto y así mejorar en tiempo y eficacia al no partir de cero en la verificación. Y es que la calidad de un sistema software vendrá determinada por la calidad del proceso software que lo produce. Así la solución a muchos de los problemas relacionados con las pruebas consiste en tener un proceso de pruebas bien definido, gestionado y controlado.
Hasta ahora un estándar que se ha utilizado ampliamente para mejorar los procesos de desarrollo es el Modelo de la Capacidad de Madurez Integrado (CMMi). No obstante, a pesar de que el 30-40% de los costes totales de un proyecto a menudo se destinan a los procesos de prueba, se le ha prestado poca atención al CMMi. Por este motivo, la comunidad, encabezada por la TMMi Foundation, ha desarrollado el TMMi (Test Maturity Model Integrated), que proporciona un enfoque más amplio y estructurado al proceso de pruebas de una organización lo que redunda en un impacto positivo sobre la calidad del producto. De hecho casi el 50% de los elementos de prueba que cubre TMMi no están contemplados en CMMi, por lo que ofrece un estándar con un nivel de pruebas más riguroso que el CMMi.