La figura del CIO estratégico, tan comentada en los últimos tiempos, poco tiene que ver con la realidad de este profesional en una pequeña o mediana empresa española. Por desgracia, en este ámbito, los CIOs no suelen contar con los recursos necesarios para convencer a la dirección de sus empresas de que la tecnología es una inversión y no un gasto. Y es que, la mayoría continúa realizando, principalmente, labores relacionadas con el soporte y la solución de incidencias, en vez de centrar su potencial en reivindicar el papel de las TIs como impulsoras del negocio de sus compañías. Apoyarse en un socio tecnológico que le asesore sobre las últimas innovaciones y que sea capaz de adaptarlas a sus necesidades empresariales puede ser el camino para darle al CIO local el reconocimiento como figura estratégica que hoy le falta.
Las Tecnologías de la Información son una apuesta segura para potenciar el negocio de las empresas y responder a la inestabilidad de un mercado tan exigente como el actual. La aparición de nuevos productos y mejoras en torno a estas es constante y no siempre se aprovechan eficazmente. Es un escenario complejo en el que las empresas líderes ya se han dado cuenta de lo importante que es contar con profesionales TIs altamente especializados capaces de identificar los recursos tecnológicos que pueden aportar más valor a su negocio. Sin embargo, muchas Pymes españolas siguen sin alinear tecnología y negocio.
El CIO (Chef Información Office) es la persona llamada a consolidar el papel de las TIs como generadoras de oportunidades de negocio y no como meras facilitadoras de funcionalidades tecnológicas. Para ello es necesario que asuma su importante papel dentro de la definición de las estrategias corporativas reivindicándose en el cuadro directivo como un agente crítico. Ninguna empresa puede permitirse ya el lujo de que su responsable TI se limite solo a solucionar incidencias y mantener los activos informáticos.
Pero lo primero es que él sea consciente de su ‘poder’ y se lo transmita al resto de la organización, poniéndose al mismo nivel que los directores de los demás departamentos, Marketing, Finanzas, Operaciones, etc. Es fundamental que haya un diálogo de igual a igual entre ellos compartiendo necesidades y objetivos a cumplir en cada área para buscar las soluciones tecnológicas capaces de satisfacer sus expectativas.
Y no estamos describiendo un escenario solo para las grandes empresas. Las TIs ofrecen hoy en día a las Pymes capacidades que antes únicamente estaban al alcance de las grandes empresas. Eso sí hay que saber detectarlas, conocerlas y encajarlas dentro de la estrategia de la compañía.
Ciertamente, muchas Pymes no cuentan ni con equipos ni con presupuestos TI que permitan a sus responsables cubrir sus tareas diarias y estar al tanto de lo último en tecnología. Esta es, justamente, otra de las circunstancias que caracterizan al nuevo CIO que demandan las empresas. Nadie espera que sea un ‘Superman’ capaz de encargarse, con sus escasos y propios recursos, del despliegue de la infraestructura TI, de su mantenimiento y de su actualización; además, de asumir las labores estratégicas anteriormente apuntadas.
El papel del CIO debe ser el de gestor de proveedores que sí tienen las capacidades necesarias para dotar a su empresa de las últimas tecnologías a unos costes asumibles por la compañía, reduciendo gastos en tiempo y personal. Su tarea se centrará más en la administración de los servicios que le den terceros y en la gestión de las finanzas TI.
De hecho, los modelos Cloud y la movilidad que minimizan los despliegues físicos en las instalaciones de las empresas han puesto muchas veces en tela de juicio las funciones que deben asumir actualmente los responsables de sistemas. Sin embargo, estos entornos potencian, justamente, la labor del CIO como gestor TI eligiendo y monitorizando los servicios prestados por distintos suministradores.
Dada la complejidad tecnológica actual, acertar en la definición de la estrategia TI es una misión realmente difícil para los CIOs de las Pymes. Por eso es recomendable que se apoyen en un socio tecnológico de confianza que le informe y le guíe en sus decisiones para mantener siempre actualizada y al mejor coste posible su infraestructura TI.
Realizar conjuntamente un análisis detallado y complementario de las necesidades tecnológicas y de negocio le dará al CIO la llave para demostrar a la dirección el valor de las TIs en la consecución de objetivos críticos en las empresas, como aumentar ingresos, reducir riesgos o mejorar su productividad. En definitiva, para lograr que la tecnología sea considerada siempre un elemento imprescindible a la hora de trazar la estrategia corporativa.
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