Un amigo abogado me dijo una vez algo muy obvio: no se puede legislar sobre algo que no existe. Esta afirmación, aplastantemente obvia, nos da la clave de por qué continuamente existen lagunas jurídicas que el legislador debe, en demanda de la realidad que nace cada día acudir urgentemente a rellenar.
Actualmente estamos viviendo por desgracia una situación absolutamente anómala como es la pandemia que venimos padeciendo. Hace varios días el Gobierno decreta la posibilidad de que se nos haga un seguimiento personal a través de la tecnología en beneficio de la sanidad mundial: ¿existe regulación al respecto o estamos ante una laguna jurídica? ¿es viable tecnológicamente hablando? Ambas respuestas son afirmativas.
Respecto al marco regulatorio, cabe decir que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) ya contempla la posibilidad de que surjan motivos excepcionales que permitan el tratamiento de datos personales sin el consentimiento del individuo. Así en su Considerando nº 46 puede leerse textualmente: “…Ciertos tipos de tratamiento pueden responder tanto a motivos importantes de interés público como a los intereses vitales del interesado, como por ejemplo cuando el tratamiento es necesario para fines humanitarios, incluido el control de epidemias y su propagación, o en situaciones de emergencia humanitaria, sobre todo en caso de catástrofes naturales o de origen humano.”, o también podemos encontrar en distintos apartados del artículo 6 “Licitud del tratamiento” distintas condiciones en los que está permitido el tratamiento de datos personales cuando se trate de proteger intereses vitales del individuo o de interés público.
Para más detalles sobre el aspecto regulatorio de este tipo de tratamientos de los datos personales, invito a consultar los distintos comunicados que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha publicado en su página web (www.aepd.es).
Pasemos a continuación al aspecto tecnológico de este tipo de aplicaciones y cuáles son los principios fundamentales que deben considerarse para su correcto funcionamiento.
En primer lugar, ha de ser una aplicación que sea capaz de proporcionar resultados en tiempo real. Hemos podido ver en los distintos medios de información cómo los responsables políticos y sanitarios trataban con datos que en la mejor de las ocasiones tenían dos días de antigüedad. Tal y como evoluciona esta pandemia, confiar en informaciones con un decalaje de tiempo tan amplio no ofrece mucha confianza y no invita a adoptar decisiones correctas. Para obtener este fin es fundamental que la aplicación se construya sobre una única plataforma tecnológica que disponga de las siguientes capacidades de procesamiento multi-modal:
· Procesamiento de datos geo-espaciales que permita a la aplicación disponer de información geográfica y de localización de individuos dentro del contexto del desarrollo de la epidemia.
· Capacidades para el análisis predictivo y de aprendizaje automático que proporcionen a los científicos y analistas de datos operar con una latencia de ejecución mínima y en tiempo real, independientemente del tamaño de los datos o la complejidad del modelo predictivo permitiendo actuar cuando ocurren los eventos y no después de que ocurran.
· Análisis, búsqueda y minería en textos para tratar datos en documentos no estructurados y poder procesarlos conjuntamente con los datos estructurados en la misma plataforma de modo que se obtenga una visión contextual más amplia para mejorar la toma de decisiones a la vez que se disminuyen el movimiento y duplicado de datos.
· El tratamiento de series temporales es quizá uno de los principales requerimientos que debe cumplir este tipo de aplicaciones. El estudio de grandes volúmenes de los datos a lo largo de la línea temporal permite descubrir tendencias y patrones ocultos de gran valor para los investigadores de la pandemia.
· Motor de grafos para explorar y comprender las posibles relaciones existentes entre las personas, los lugares y las cosas permitiendo construir y analizar un modelo de la realidad de datos altamente conectados entre sí para una mejor compresión del desarrollo de la enfermedad.
Las anteriores capacidades tecnológicas junto al diseño del modelo de datos en torno a una clase principal que en este tipo de soluciones se denomina POLE (People, Objects, Locations, Events) va a permitir los dos objetivos principales que se persiguen con esta aplicación: 1) la creación de un mapa señalando los focos principales de propagación del virus en tiempo real, y 2) poder realizar una eficaz investigación retrospectiva o de trazabilidad para identificar a todas las personas que pudieran estar potencialmente infectadas, cada vez que se encuentre un positivo, pudiendo así notificar inmediatamente a esas personas, realizarse la prueba de confirmación y someterlas a cuarentena.
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