Karolina Praskova, responsable de marketing de Mailify, explica por qué es recomendable utilizar y asimilar las herramientas de medición para enviar newsletters de forma efectiva.
En el mundo hay 2.400 millones de cuentas de correo electrónico. Cada año hay más de 150 mil millones de sobres virtuales que salen de una bandeja de entrada en dirección a otra. Son datos de la Pingdom Royal, una consultoría de comunicación especializada en rendimiento web y analítica de Internet. Estas cifras corroboran una premisa básica: el email no es algo nuevo. Hace 45 años, Ray Tomlinson, ingeniero informático estadounidense, hizo que el primer mensaje viajara a través de una primogénita red entre dos ordenadores diferentes. Hoy en día, aunque parezca que los emails sufren la mal llamada ‘crisis de los cuarenta’, son una herramienta muy potente para las empresas que deseen realizar campañas de email marketing.
En esta crisis ha tenido mucho que ver el mal uso del mail que ha derivado en una mala reputación. Hablamos del spam, que desde 1988 está dando guerra a los proveedores de correo electrónico. Comenzó con una cadena de mensajes titulada ‘make money fast’ (haz dinero rápido) que sorprendió a los internautas. Ahora estamos más experimentados ante este tipo de fraudes y la lucha contra el spam continúa limpiando las bandejas de entrada. En este sentido, las personas que se dedican a enviar newsletters en sus empresas tienen garantías, consejos y técnicas para que sus mensajes pasen los filtros antispam.
Pero otro elemento que es muy importante para elaborar una buena campaña de emailing efectiva es la medición. Muchas personas nos preguntan por qué sus envíos no dan el resultado previsto si tienen un diseño bonito, integran buenas imágenes, el contenido es útil y atractivo… Todo eso es fundamental, pero se olvidan de una herramienta imprescindible: la analítica. Cuando hablo de medir no hablo de contar cuántos contactos tienes en tu base de datos. Me refiero a estudiar los datos del email marketing pero, sobre todo, a entenderlos. Asimilarlos es básico para poder mejorar porque, como en todo, de los errores se aprende.
Cuando manejas analíticas no solo ves cifras, ves el comportamiento de los usuarios. Y en realidad es algo sorprendente. Estamos inmersos en un mundo cada vez más digitalizado y prever los movimientos que incitan a una persona a actuar es, cuanto menos, un avance tecnológico del que podemos sacar provecho. La analítica del email marketing te puede hacer ver, por ejemplo, la tasa de bajas. Esta tasa establece la relación entre el número de destinatarios que han hecho clic en el enlace de baja y el número total de emails enviados. Aparentemente, es un porcentaje. Más allá, te muestra cuán de relevante fue tu última campaña. ¿Se dieron de baja demasiados suscriptores? Cambia el mensaje, puede que no funcione con tus contactos, que no transmita de forma adecuada lo que quieres comunicar o les resulte poco relevante.
Otro ejemplo, la tasa de clics. Nos dice el número de clics efectuados en los enlaces del email y el número de emails enviados. Los destinatarios se enlazan a la web a través de los botones CTA (call-to-action) que distribuyes en tu mensaje. De nuevo, parece un mero porcentaje, pero igualmente revela si has colocado bien los botones, si despiertan interés en tu público, si están bien redireccionados, si cuentan con la optimización correcta… Información, a fin de cuentas.
Para gustos, colores y tasas. Hay muchos datos que sirven para enviar newsletters relevantes y que sean bienvenidas por tus destinatarios. Saber en qué momento del día tienes mayores aperturas, en qué día de la semana tu plan de negocio no funciona porque hay demasiadas bajas o con qué dispositivos se leen tus mensajes es probable que tu estrategia de email marketing se pierda en el olvido.
Recuerda que más del 70% de los emails se abren con un smartphone, según la agencia de investigación tecnológica Gartner. Si tu newsletter no cuenta con un diseño responsive adaptado a todos los soportes, vas mal.
edir importa y hacerlo bien aún más. Es fundamental contar con una aplicación que te permita no solo maquillar tus mensajes para que luzcan irresistibles sino que te de la información que necesitas para saber cómo marcar los objetivos, qué modificar y cómo actuar.