Hervé Timsit, Country Manager de BMC Software para España y Portugal, propone diversas medidas que las empresas pueden aplicar en sus centros de datos para que sean más ecológicos.
La virtualización es una forma muy eficaz de compartir la capacidad disponible y tiene enormes implicaciones en la gestión de TI. Existen muchas soluciones para gestionar entornos virtualizados y probablemente veremos muchas más en un futuro próximo. Por ejemplo, los fabricantes de software ofrecen tecnologías de virtualización de servidor y almacenamiento que permiten a los departamentos de TI reducir el número de máquinas físicas que necesitan electricidad y refrigeración. Sus soluciones pueden aprovechar la información de carga de trabajo y consumo de energía para mejorar la gestión del entorno de TI consolidado/virtualizado.
Mantenimiento del Centro de Datos ecológico
Un aspecto importante a la hora de hablar de la sostenibilidad del centro de datos ecológico es su monitorización. Las soluciones pueden basarse en monitorización en tiempo real para mostrar alertas en cuanto se superen ciertos límites de consumo. Pueden también hacer uso de series históricas de consumo de energía para objetivos diversos, como puede ser la planificación de la consolidación y virtualización de servidores, planificación de la capacidad, planificación del cambio y mejora continua.
Aunque otros sectores se ven regulados por normativas y leyes mucho más concretas, la idea de mejorar la eficiencia ecológica de los centros de datos no dispone de parámetros especialmente consistentes y sólidos. Pensemos en la mejora de la eficiencia en el consumo de combustible en los automóviles. Al principio los fabricantes de automóviles y los consumidores apenas prestaban atención al ahorro de combustible. Después, en los 70, cuando el precio de la gasolina aumentó de manera espectacular, y más tarde cuando los científicos constataron que las emisiones de gases estaban acabando con la capa de ozono, la opinión pública alcanzó un estado tal que obligó al gobierno a intervenir. Ahora se exige a los fabricantes que indiquen los consumos medios en las especificaciones técnicas de sus vehículos, y existen una serie de leyes, como la CAFE (Corporate Average Fuel Economy) que les impone unos requisitos de eficiencia en el consumo que no pueden ser inferiores a un valor determinado.
No existe nada parecido a CAFE para los sistemas de información. Finalmente, los criterios de diseño para los centros de datos están empezando a integrar entre sus objetivos los de calidad ambiental, tanto a nivel de hardware como de software. Si una gran empresa dice “a tal fecha vamos a ser completamente ecológicos”, seguramente estas directrices van a suponer una imposición directa para los fabricantes de los componentes que irán destinados a los centros de datos. Lamentablemente el concepto “ecológico” es más bien subjetivo y no hay un criterio estable, riguroso y asumido de forma general con el cual compararse. A diferencia de la industria automovilística, no tenemos un banco de pruebas que nos puntúe.
Lo que sí podemos hacer ya es seguir un camino similar al que otros sectores emplean, allí donde se han preparado estos bancos de prueba, y aprender de las reacciones de sus miembros afectados por las restricciones legales. Han tenido que pasar 20 años para que desaparecieran los coches que utilizaban gasolina con plomo y para que las gasolineras dejasen de suministrarla.
A medida que la sensibilización hacia el medioambiente aumenta entre la sociedad lo que podremos ver es que los fabricantes empezarán a cubrir esta demanda con sistemas que garanticen una cierta cantidad de producción y con un funcionamiento más eficiente, por ejemplo sistemas que pasan automáticamente a estado de reposo y bajo consumo cuando su nivel de utilización cae por debajo de cierto nivel, y los discos se detendrán de manera automática.
Mientras tanto, tendremos que establecer nuestros propios criterios para lograr los objetivos de un centro de datos respetuoso con el medio ambiente. En tanto no existan criterios oficiales para la determinación de niveles de eficiencia ecológica, nos cabe implementar nuestras propias políticas internas, que deberán definir los criterios que se consideran de obligado cumplimiento para obtener la etiqueta de “ecológico”. Cuando hablamos de mejorar la eficiencia medioambiental del centro de datos, las transiciones son lentas, pero inexorables. Hablando en términos de todo un sector industrial, podemos llevar este tema hasta la primera línea de preocupación de la opinión pública, sólo es cuestión de tiempo el que empiecen a producirse las transformaciones.