Los silos de datos dificultan la innovación

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Ricardo Labarga, Dell

Ricardo Labarga, director general de Dell Technologies en España, aborda la problemática de los silos de datos, una realidad con la que debemos aprender a vivir y a la que hay que dar respuesta con la tecnología.

Los negocios basados ​​en datos no surgen por generación espontánea. Para que una empresa pueda analizar, transformar y extraer todo el valor de su información es necesario desarrollar un trabajo minucioso de identificación de los diferentes silos de datos existentes dentro de la organización e incorporarlos a una estrategia bien planificada. Solo así podrán aprovechar estos datos para tomar decisiones de forma ágil e innovar.

Las empresas son organismos vivos en permanente evolución. No es raro que se vean envueltas en procesos de fusiones o adquisiciones. Tampoco que un determinado departamento experimente un crecimiento extraordinario debido a una coyuntura concreta del mercado, generando nuevos ecosistemas de aplicaciones y datos que evolucionan al margen del resto de la organización. Todo esto es necesario para que el negocio avance, pero cuando la organización intenta poner orden, suele encontrarse con datos que no sabía que existían, almacenados en silos, abandonados en ubicaciones atípicas y en múltiples formatos. Todo esto dificulta su camino para convertirse en una empresa basada en datos.

Según el informe Data Paradox, un estudio llevado a cabo por Forrester Consulting para Dell Technologies, el 60% de los responsables de datos creen que los silos existentes en sus organizaciones son una de las principales barreras a la hora de establecer una estrategia de datos.

Es necesario ser prácticos y asumir que los silos de datos son una realidad con la que debemos aprender a vivir, pero siempre buscando fórmulas para que esto no nos impida acceder y utilizar la información cuando surja la necesidad.

Fusiones y adquisiciones

Las grandes empresas, particularmente las de sectores fuertemente regulados, como el de banca y seguros, necesitan reforzarse especialmente en controlar sus datos si quieren cumplir con las normas existentes. Sin embargo, todo el esfuerzo, el trabajo diligente y la autodisciplina pueden quedar en nada a la hora de abordar un proceso de fusión o adquisición, en el que, de repente, llegan multitud de datos, que a veces serán nuevos y en otras ocasiones serán idénticos a los que ya dispone la organización.

No en vano, un 70% de los encuestados en el estudio de Forrester piensa que los silos con diferentes formatos y estructuras que surgen a raíz de una fusión o adquisición son un gran impedimento para alcanzar la excelencia en la gestión de los datos. La cosa se complica si, además, una de las empresas implicadas en la operación no se ha preocupado de fiscalizar el origen de sus datos. Más allá del formato en el que estos datos estén almacenados, aquí podríamos encontrarnos con un problema de confianza. ¿Cómo considerar estos datos si no se sabe de dónde vienen y con qué propósito o en qué contexto se generaron?

Unificar estos silos no es una tarea sencilla ni barata, y también puede resultar frustrante para los equipos que han trabajado para mantener los datos de una organización en orden. Es comprensible, pero también es necesario estar preparado para afrontar circunstancias excepcionales sobre las que no tenemos el control.

Mercados de datos

Las empresas utilizan los mercados de datos para adquirir información que les permita probar nuevos modelos de negocio, crear algoritmos y tomar decisiones. Un ejemplo claro son las compañías de publicidad y marketing, que necesitan esta nueva información para enriquecer su comprensión sobre el comportamiento de los consumidores.

Sin embargo, esta práctica también supone un desafío en cuanto al origen, y por tanto, en cuanto a la fiabilidad de los datos. Además, la compra de datos en múltiples formatos supone también un esfuerzo antes de poder utilizarlos y de que resulten útiles para el proceso de toma de decisión. El 40% de los encuestados en el estudio de Forrester dice que la información adquirida en mercados de datos acaba creando nuevos silos, algo que es necesario evitar.

La cuestión clave es, una vez más, la confianza. Los responsables de datos necesitan comprender de dónde llega esa información, cómo se generó, por qué manos ha pasado y por qué es necesaria para su organización. Para mantener el orden es necesario crear estándares que registren el origen, la interacción y la gobernanza de los datos. Sin esta información, la organización puede quedar expuesta a múltiples riesgos.

Tener en cuenta los requisitos establecidos en normas como GDPR y apoyarse en iniciativas de los líderes tecnológicos como Data Confidence Fabric, resulta fundamental en la labor de rastrear, cuantificar o comprender los nuevos datos de una forma estandarizada.

Ecosistemas internos

Muchas organizaciones están creando índices o manuales de datos que recogen la información existente en la organización y marcan las pautas para su uso y almacenamiento. Esto es positivo a la hora de intentar reducir los silos de datos, sin embargo, la propia evolución de las organizaciones hace que se vayan incorporando nuevas herramientas tecnológicas o aplicaciones que dan lugar a la aparición de nuevos sistemas que funcionan de forma independiente y, como consecuencia, a la creación involuntaria de nuevos silos. Para evitarlo, las organizaciones deben participar continuamente en el mantenimiento y la evaluación de estándares a través de todos sus ecosistemas.

Gestión de datos proactiva

A medida que los datos crecen en volumen como consecuencia de las continuas transacciones de las organizaciones, estas irán percibiendo que su trabajo con los datos no tiene fin. La adopción de una gestión de datos proactiva puede resultar crucial a la hora de afrontar una fusión o una operación de adquisición de datos.

Adelantarse con la incorporación de buenas prácticas puede evitar que la organización vuelva al pasado en lo que a la gestión de sus datos se refiere cuando se produce un movimiento estratégico inesperado. Son medidas que incluyen el diseño y la puesta en marcha de una disciplina formal con respecto al uso y almacenamiento de la información. Esto no debe entenderse como un obstáculo en el avance del negocio, sino como un paso necesario para ser capaz de absorber nuevos sistemas de una forma ordenada y sin riesgos.

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