Enrique de Miguel, director comercial de IFS Ibérica nos muestra los beneficios que ofrece la utilización de las soluciones de planificación de los recursos empresariales.
Las organizaciones industriales que trabajan con complejos procesos de aprovisionamiento, producción, distribución y logística, siguen enfrentándose a un antigua problemática: la necesidad de coordinar datos a través de múltiples sistemas, algo que afecta especialmente a las cadenas de suministro.
En este sentido, grandes empresas como las de gas y petróleo han basado su aprovisionamiento en sistemas que no se adaptan completamente a los requisitos del negocio, o incapaces de comunicarse correctamente con partners y proveedores.
Como respuesta, las soluciones ERP se han convertido en la herramienta más popular para combinar y estandarizar datos de diferentes aplicaciones. Así, un buen ERP debe ayudar a administrar un proyecto empresarial integrando todos sus procesos, como la gestión de materiales y cadena de suministro, contratos, ventas, contabilidad o Recursos Humanos, garantizando una operatividad adecuada y fluida.
Además, gracias al ERP los beneficios empresariales se cuantifican más fácilmente, resultando en ahorros de costes y una mayor eficiencia. Sin embargo, muchos ERPs han cometido el error de centrarse en la gestión de cada departamento de la empresa, y no en la gestión del proyecto global.
Falta de visión unificada
El ejemplo más clásico de este error es la escasa interdependecia entre tres departamentos presentes en cualquier organización: Recursos Humanos, financiero y nóminas.
Tradicionalmente, cada uno tenía su propio sistema informático, pero todos ellos debían apoyarse en un conjunto de datos comunes para coordinar los procesos e intercambiar información.
Los sistemas actuales de gestión han logrado superar este escollo, pero a costa de integraciones largas y nada asequibles que se enfrentan a duplicaciones, datos inexactos o carencia de interfaces sencillas de utilizar.