La semana pasada el New York Times desveló las negociaciones que estaban manteniendo Google y Verizon para llegar a un acuerdo sobre un tema candente: la gestión del tráfico en Internet. De nuestro tráfico. Aquel descubrimiento y las primeras sospechas de que ambas empresas “jugarían” con nuestros derechos como internautas provocaron un sinfín de críticas, que ambas empresas -primero por separado, más tarde de forma conjunta- negaron categóricamente.
Esa primera negación se ha quedado en el olvido: la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Google y Verizon ayer en Estados Unidos sirvió para anunciar su concepto de neutralidad en la red. Un concepto que por el momento deja a las redes “fijas” -las que dependen del par trenzado, de la fibra óptica y de otras tecnologías alámbricas- a salvo, para centrarse de forma muy específica en las redes móviles.
Aunque hubiera dado igual que hubieran atacado también a la neutralidad en la red en todos los ámbitos, que lo “limiten” a la banda ancha móvil es especialmente preocupante, porque diversos estudios parecen confirmar que el consumo de ancho de banda desde dispositivos móviles será en un futuro cercano superior al tráfico que se genera en las redes de datos tradicionales con PCs, portátiles y netbooks conectados a través de un router convencional.
Ayer en el New York Times volvían a mostrarse muy preocupados por esa propuesta conjunta de Google y Verizon en la que se especificaban 7 pilares de su gestión de la neutralidad en la red que dejaban clara una cosa: Google ha dejado atrás su “Don’t be evil“, y es una empresa ambiciosa, dispuesta a llegar a acuerdos que hacen peligrar los derechos de los internautas con tal de seguir creciendo.
El poder que tiene Google y que tienen operadoras como Verizon es inmenso, y en el NYT lo comparan con sectores igualmente críticos como el transporte, la energía o las finanzas: son claves para la marcha actual de nuestro mundo. Si ciertas empresas se comienzan a saltar los límites de lo ético -e incluso de lo lógico- para obtener más beneficios, dichos pilares podrían tambalearse.
Es lo que está ocurriendo con la neutralidad en la red, un concepto que trata de definir el uso de las redes de banda ancha de forma equitativa, sin que ciertos datos tengan más prioridad que otros. ¿Quién se beneficiará de esa mayor prioridad en redes móviles? Pues mucho nos tememos que serán los de siempre: aquellos que puedan pagar por esa “autopista de la información de primera división”. Muchos, mientras tanto, tendrán que navegar por Internet o disfrutar de ciertos contenidos con cuentagotas, con el permiso de las operadoras y de empresas como Google.
Afortunadamente no todo es malo: el anuncio de Google y Verizon es una propuesta que ahora debe ser puesta en tela de juicio por parte de la FCC en Estados Unidos. No sabemos si progresará y si esa amenaza a la neutralidad en la red traspasará las fronteras estadounidenses, pero por el bien de Internet, esperemos que no sea así, o nos encontraremos con dos Internets. La de los ricos, y la de los pobres.
En esta tribuna, Joaquim Borrás, consejero asesor de SISQUAL, explica cómo la inteligencia artificial transforma…
En esta tribuna, Adam Levine, CCO de Data4 Group, explica los retos para que los…
En esta tribuna, David Parry-Jones, Director de Ingresos de DeepL, analiza el impacto de la…
En esta tribuna, Ignacio Zaera, fundador y CEO de Simpling.pro, explica la importancia del sampling…
Sergio Rodríguez de Guzmán, CTO de PUE, explica en esta tribuna cómo la calidad de…
En esta tribuna, Mark Ryland, Director de Seguridad de Amazon, explica la importancia de una…