Una de cada dos empresas sufrió un ciberataque durante el pasado año, lo que resalta la necesidad de utilizar plenamente el potencial de la IA y la tecnología avanzada de nube híbrida para su prevención. Con una buena experiencia en infraestructura de nube híbrida y gestión de equipos, se puede aplicar un enfoque integral, predictivo y proactivo esencial en estos tiempos desafiantes en materia de ciberseguridad.
España se posicionó el año pasado como el cuarto país del mundo que más amenazas cibernéticas ha recibido, solo por detrás de Estados Unidos, Rusia y Francia. Este dato refleja una preocupante tendencia: los ciberataques han aumentado por cuarto año consecutivo, afectando a una de cada dos empresas. Este incremento no se limita al sector privado; en el sector público, los ciberataques se duplicaron el año pasado y este año la tendencia sigue siendo exponencial. Sectores como la sanidad y la educación también están siendo duramente golpeados. En este contexto, conocer y entender estas amenazas es fundamental para implementar estrategias de ciberseguridad eficaces y proteger los activos digitales de las organizaciones.
El ransomware sigue siendo una de las amenazas más serias para empresas y gobiernos en todo el mundo. La combinación de un volumen de datos cada vez mayor, sistemas informáticos más complejos y amenazas de seguridad más sofisticadas hace que la capacidad de proteger adecuadamente a las organizaciones dependa de que los responsables de TI estén siempre un paso por delante de los ciberatacantes. Un alto porcentaje de estos datos empresariales son no estructurados, lo que dificulta su seguridad debido a su volumen, naturaleza dispar y falta de cohesión. Esto los convierte en un blanco más accesible para los atacantes.
Afortunadamente, las mismas herramientas avanzadas que los delincuentes utilizan para atacar pueden ser empleadas por las organizaciones para defenderse. La inteligencia artificial (IA) es una de estas herramientas cruciales. La IA permite a las organizaciones modernizar sus plataformas de datos, aprovechando su poder para monitorizar sistemas y automatizar la detección de anomalías. Aunque la IA contribuye al crecimiento de los datos, su empleo en ciberseguridad significa que juega un papel crucial en su protección.
Un sistema de defensa en capas que aproveche el potencial de la IA puede mantener una infraestructura de datos robusta. La IA permite analizar grandes cantidades de datos y detectar anomalías en tiempo real, automatizando la detección y respuesta a las amenazas. Además, garantiza la privacidad de los datos sensibles mediante la anonimización, asegurando el cumplimiento de las regulaciones mientras se preserva la utilidad para el análisis. Los algoritmos de IA pueden aprender de incidentes anteriores y del historial de datos para predecir posibles vulnerabilidades, permitiendo una postura proactiva en lugar de reactiva.
En este contexto, Hitachi Vantara lanzó recientemente Hitachi iQ, una herramienta diseñada para facilitar la adopción de la inteligencia artificial en las empresas. Hitachi iQ ayuda a sus clientes a crear una hoja de ruta estratégica y a conseguir una implementación exitosa de la IA en todos los ámbitos, desde la gestión óptima de flujos de trabajo y datos hasta la seguridad. Este tipo de soluciones subraya cómo la IA no solo es una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia y la productividad, sino también un pilar fundamental para garantizar la seguridad y resiliencia de los sistemas y datos.
La creciente sofisticación de las amenazas cibernéticas hace evidente que los enfoques tradicionales de recuperación ya no son suficientes. La nube híbrida se ha consolidado como el enfoque predominante, combinando redes de nubes públicas y privadas. Este enfoque permite a las empresas enfrentar nuevos desafíos, como el crecimiento exponencial de los datos, la proliferación de la IA y la necesidad de escalar y modernizar aplicaciones a través de infraestructuras complejas, distribuidas y multinube.
Las soluciones de nube híbrida permiten a las organizaciones modernizar la protección de datos y reforzar la resiliencia operativa. Una infraestructura fiable, segura e inmutable, compatible con cualquier software de protección de datos, puede salvaguardar los datos de la empresa y las copias de protección frente a diferentes tipos de ataques de malware.
El ransomware sigue siendo una de las amenazas de ciberseguridad más generalizadas, con muchas organizaciones tardando meses en recuperarse. La tecnología de IA, utilizada por los ciberdelincuentes para crear y mejorar el ransomware, incrementa la amenaza para las organizaciones públicas y privadas a nivel global. Por ello, es crucial contar con defensas adecuadas para evitar que los ataques causen daños reales. Planificar el sistema de forma integral, aprovechando adecuadamente la IA y la tecnología en la nube, permite a las organizaciones navegar con éxito en un entorno en constante desarrollo.
La inversión en tecnologías avanzadas de ciberseguridad no es solo una medida preventiva, sino una necesidad imperiosa para la supervivencia y continuidad de las organizaciones en un mundo cada vez más digitalizado. Enfrentar las amenazas cibernéticas con las mejores armas disponibles es la única manera de asegurar un futuro seguro y próspero.
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