Fernando Corredor, Marketing and Corporate Affairs de Nokia, sobre cómo la economía circular promueve el concepto de conservar el valor de los componentes, los productos y los recursos.
Las telecomunicaciones han desempeñado un rol determinante para ayudar al mundo a lograr proezas tecnológicas sin precedente. El avance hacia innovaciones pioneras en conectividad, digitalización y automatización revolucionará casi todos los aspectos de nuestras vidas. Pero esto conlleva una profunda responsabilidad: garantizar que los servicios críticos se prestan con las mínimas consecuencias en un planeta sometido a estrés climático.
La necesidad de una infraestructura robusta de comunicaciones que pueda satisfacer las complejas y variadas expectativas de los consumidores no ha parado de crecer. Esta realidad se hizo aún más evidente con la pandemia de la COVID-19, que a su vez obligó a las empresas de telecomunicaciones a consumir más energía que nunca. Y no son solo las emisiones las que deberían ser un motivo de preocupación. El consumo de materiales y los residuos son también grandes contribuyentes a la huella de carbono del sector.
Lo antiguo es nuevo
El uso de materiales constituye aproximadamente el 40% de las emisiones globales y, actualmente, solo un 10% de los materiales son tratados de manera circular. Los principios de reutilizar, reciclar y renovar deberían guiar el futuro. En ese sentido, el uso óptimo de los recursos disponibles, la eficiencia y la digitalización son esenciales para insertar prácticas circulares en la creación de nuevos productos y servicios. En pocas palabras, la economía circular permite mantener el valor de los componentes, productos y recursos, extendiendo su ciclo vital y optimizando la gestión de los residuos.
Nokia adoptó prácticas circulares hace un cuarto de siglo, mientras seguía el clásico modelo de jerarquía de residuos. La prioridad es evitar generar residuos a través de la digitalización, la eficiencia operativa y la extensión de la vida útil del producto. Como no siempre es posible desmaterializar todo, es igualmente importante contar con procedimientos adecuados de gestión de residuos en los que primero se exploren las vías de reutilización, y luego las del reciclaje de materiales. La recuperación y el envío a vertederos es la opción que definitivamente ocupa el último lugar.
Tratamos de usar los materiales durante tanto tiempo como sea posible, además de incrementar la vida del producto mediante su reparación, renovación y actualización con el software más reciente. Incluso tenemos un servicio voluntario de devolución para nuestros clientes.
La colaboración con la cadena de suministros para incrementar el uso de materiales reciclados en los componentes que nos proveen, el rastreo del origen de los materiales y el desarrollo de informes para comprender el contenido reciclado, son algunas de las medidas adicionales que tomamos para adoptar los principios de la circularidad.
Nokia ha estado aceptando productos obsoletos de sus clientes desde hace muchos años, incluso aunque fueran fabricados por terceros. En varias ocasiones estos son reparados y reutilizados por los clientes, reacondicionados internamente o desmantelados para la recuperación de sus piezas. En algunos casos, los componentes son reciclados para usar las materias primas en una aplicación o sector diferente. Dicho enfoque reduce la necesidad de extracción de materias primas y reduce las emisiones.
Economía circular en Nokia
En 2020, Nokia procesó 5 870 toneladas métricas de productos y piezas obsoletos. De ese total, se reutilizaron 79 400 artículos con un peso combinado de 570 toneladas métricas. Aproximadamente 5 250 toneladas métricas de equipos antiguos fueron usadas para la recuperación de energía y materiales, y 50 toneladas fueron a parar a vertederos. El resultado fue que el 99 % del contenido material de nuestros productos resultó adecuado para su utilización.
En el mismo año, Nokia puso en marcha una política para mejorar el uso de materiales reciclados en sus productos. A tal fin, se trabajó en estrecha
coordinación con proveedores de piezas de fundición de aluminio para comprender mejor la extracción de materias primas y buscar caminos para incrementar el contenido reciclado en los componentes. Un estudio posterior demostró que el 54 % de las 23 200 toneladas métricas de fundición de aluminio usadas en los productos Nokia incluían materiales reciclados. Sin embargo, aún quedan desafíos relativos a la pureza de los materiales.
Estamos estudiando más materiales de la cadena de suministros, pero es necesario hacer mucho más. Tenemos que trabajar en todos los sectores para desarrollar el mecanismo de rastreo, establecer límites y definiciones sobre qué cosas pueden ser consideradas como contenido reciclado.
También se ha intentado incrementar la circularidad de los plásticos usados en los productos. En 2020, nuevamente, Nokia trató de mejorar las posibilidades de reciclado de los plásticos a través del uso reducido de materiales libres de halógeno e investigó si los reciclados mixtos provenientes de los consumidores podían ser mezclados con plásticos vírgenes para producir bastidores de productos.
Fijando los estándares adecuados
Mientras el sector busca establecer la mejor hoja de ruta para trazar una estrategia de circularidad eficaz, es imperativo crear las normas y marcos apropiados que puedan ayudar a las empresas de telecomunicaciones a calibrar su rendimiento.
Nokia ha contribuido activamente compartiendo las mejores prácticas y creando normas de economía circular específicas para las telecomunicaciones en la ITU-T (Sector de normalización de las telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones) y el ETSI (Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones). Además, Nokia se incorporó al foro JAC para contribuir al debate sobre la circularidad con clientes de proveedores de servicios de telecomunicaciones y recibió un reconocimiento a la mejor práctica en economía circular.
La circularidad como factor ecológico
Según el World Resources Institute (Instituto de Recursos Mundiales), más de 100 000 millones de recursos ingresan en la economía global cada año, y solo el 8,6 % de ellos es reciclado y reutilizado. Esta explotación tan arbitraria no es sostenible y por ello, es prioritario buscar nuevas maneras de operar y colaborar si deseamos alcanzar la meta de una economía verdaderamente circular.
Los operadores de telecomunicaciones desempeñarán un rol clave en ese frente. Para que la circularidad sea un éxito, es esencial la cooperación a través de toda la cadena de valor. El sector debe fijarse metas ambiciosas y medir el rendimiento. Habrá que volver a analizar los modelos de negocios tradicionales y desafiar al status quo. En Nokia, se ha estado siguiendo prácticas circulares bien establecidas durante décadas, lo que nos habilita a usar el valor pleno de nuestros productos.
Por tanto, presentaremos un objetivo de circularidad que tendrá en cuenta diferentes áreas de nuestro negocio. Desde la oficina y los laboratorios de I+D, hasta la devolución de productos y líneas de ensamblado final. Nuestra meta es desarrollar la gestión de materiales a un extremo tal que para 2030 dejen de ser necesarios los vertederos.