Antonio Crespo, director general de Quint Wellington Redwood Iberia, nos introduce en la gestión de procesos y control de calidad que, debido al cambio económico se torna en algo necesario para las empresas.
La tendencia muestra cómo la implementación de procesos y control para la certificación de calidad ISO/IEC 20000 se está convirtiendo en una necesidad por parte de la Dirección de las empresas. Hasta hace breves fechas era sencillamente una opción más dentro del abanico de los procesos de mejora en la gestión de la calidad TI; ahora, ante la nueva realidad de cambio que vive nuestra economía, son los nuevos modelos que permitan ir más allá de la diferenciación los que permiten verdaderamente conseguir el éxito en las organizaciones. Tal es el caso de las certificaciones en calidad.
Es desde la perspectiva de la experiencia internacional en la gestión de ISO/IEC 20000 donde puede verse ese cambio hacia la necesidad de la implementación. La labor de las consultoras multinacionales ha tenido que ver mucho en esto; hemos ido consiguiendo paulatinamente que sea percibida por los responsables de las empresas como una ventajosa necesidad ante las nuevas estructuras organizativas proporcionando, entre muchos beneficios, el distanciamiento competitivo y la fiabilidad máxima en la gestión TI. Ha sido y está siendo todo un cambio en la mentalidad de los responsables de las áreas tecnológicas.
De hecho, durante el presente año, esperamos un aumento considerable en el número de certificaciones conseguidas por los proveedores, puesto que la base de empresas y clientes ya certificados representan un sólido aval de cara al futuro. También está el esfuerzo de que las organizaciones TI continúen con su apuesta de controlar los proyectos de implantación de procesos orientados a la calidad en beneficio de los negocios, si bien esta tónica parece que se irá acentuando en un futuro cercano. Por fin ha empezado a calar la idea de la importancia de certificarse gracias a los proyectos llevados a cabo hasta la fecha; poco a poco hemos conseguido que las empresas comprendan las ventajas de la norma ISO/IEC 20000, como es la reducción del riesgo, el mayor control de las TI, y mejora la fiabilidad de los sistemas, entre otras, amén del prestigio y reconocimiento en el mercado que supone conseguir la acreditación para una organización.
Desde un punto de vista pragmático, la acreditación supone un punto de partida de cara a futuro, ya que introduce en las empresas una dinámica de mejora continua, y de concienciación acerca de la importancia de contar con un modelo de procesos que sustente los negocios, en el que la tecnología sea un medio, y no un fin en sí mismo. Como siempre debió haber sido.