La autoridad encargada de asignar nuevas direcciones de Internet, IANA (Internet Assigned Numbers Authority), acaba de entregar los últimos bloques de direcciones IPv4, un bloque de unos 16 millones por cada una de las zonas mundiales (la región Europa-Oriente Medio ha sido de las últimas).
A falta de que estas regiones redistribuyan las direcciones, se ha agotado ese proceso mayorista, por lo que oficialmente ya no quedan direcciones IPv4 disponibles. Sin embargo, esta carencia dista mucho de ser el final de Internet en caso de no migrar a IPv6.
A partir de ahora, la IANA comenzará a distribuir la nueva versión del protocolo, pero todas aquellas organizaciones que aún mantengan el uso de IPv4 no verán peligrar su acceso a la Gran Red. Más aún, los dos protocolos seguirán conviviendo durante bastante tiempo, tal vez durante años.
De hecho, una gran cantidad de de proveedores de Internet, aquellos que asignan direcciones a sus usuarios, todavía disponen de muchas direcciones IP libres IPv4 que tienen reservadas en sus sistemas.
Además, también se están utilizando direcciones IP privadas que no se verán afectadas por la llegada de IPv6, seguirán siendo igual de validas que hasta la fecha.
Actualmente, casi se podrían contar con la mano los sitios conectados a Internet que ya están administrando direcciones IPv6. Se estima que el porcentaje a nivel mundial sea menos del 0,2% de todos los sitios conectados.
Nada de un nuevo “efecto 2000”
Aún cuando alguien se quiera conectar a dichos sitios con IPv6 en caso de contar todavía con el antiguo sistema IPv4, no existirá ningún problema de compatibilidad ya que por el momento también se ofrecerá soporte para IPv4 a distintos niveles, incluidos los ISP. Ni de lejos se producirá el “nuevo efecto 2000” del que tanto se habla últimamente.
También hay que tener en cuenta que cuando se comience a migrar a IPv6, todas esas direcciones IPv4 usadas volverán a quedar libres y los proveedores de Internet podrán reutilizarlas, en especial en los dispositivos de los usuarios finales que no están preparados para el nuevo protocolo (miles de millones de aparatos a nivel mundial). Por tanto, sería imposible una migración masiva hacia IPv6: No se producirá un “apagón de direcciones IPv4” similar al apagón analógico que experimentamos con la televisión.
Lo que sí es cierto es que las organizaciones no deberían dormirse en los laureles. El comienzo de la planificación para migrar a IPv6 debería haber comenzado ya, mientras que las primeras pruebas no deberían tardar mucho tiempo, algo que aseguraría estar preparado para el momento en que la adopción de IPv6 sea la mejor opción de conectividad a nivel mundial.
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