Físico vs Digital: la importancia de la prueba de producto en la era de Internet

En una sociedad en la que prima la inmediatez, los estímulos visuales y la innovación, lo tradicional parece haber quedado en un segundo plano. Pero, un momento ¿es esto aplicable a todos los ámbitos de la vida? Lo cierto es que no y esto se ve muy claro cuando hablamos de marketing. Y es que ahora están surgiendo formas reinventadas de estrategias tradicionales que están funcionando muy bien en un mercado abierto a tácticas como es el sampling, o lo que es lo mismo, la publicidad a través de muestras.

La prueba de producto es una de las estrategias más importantes dentro de la fase de investigación de mercado, tanto para consumidores, como para anunciantes. Aunque pueda parecer algo obsoleto, el sampling está más en auge que nunca dada su capacidad para generar interés, involucrar a los consumidores, crear una conexión emocional con la marca y recopilar información valiosa para el anunciante. Llegar a un potencial cliente utilizando técnicas como publicidad en redes sociales o utilizando a influencers como embajadores está perdiendo el fuelle que tenía en su inicio. Decir que este tipo de estrategias ha perdido credibilidad quizás sea demasiado arriesgado, pero, a decir verdad, cada vez son más los usuarios de internet los que no se fían de que la crema que utiliza el tiktoker de turno para su skincare sea realmente efectiva.

Llegados a este punto, en el que la experiencia ha demostrado que para un consumidor es más fácil confiar en un producto si lo tiene delante, también hay que tener en cuenta que ponerse frente a un lineal de cosmética -por ejemplo- y elegir un artículo sin conocerlo es una tarea complicada. Por eso, es muy habitual que nos decantemos por los productos que ya conocemos y el hecho de probar un producto antes de comprarlo hace que se multipliquen las posibilidades de compra del mismo. Aquí es donde los beneficios del sampling se hacen tangibles y, sobre todo, se transforman en ventas.

La principal venta de la prueba de producto frente a otras estrategias es que, en un mundo cada vez más digital, el sampling impacta a las personas de manera física y, sobre todo, les permite tocar el producto, un hecho absolutamente diferencial ya que el gran público cada vez es más inmune a la publicidad digital. Técnicas como esta generan un recuerdo muy fuerte por el hecho de meterse en la rutina del potencial cliente de las marcas y por el de darle la oportunidad de disfrutar de un producto en primera persona. Cuando los consumidores reciben una muestra gratuita y tienen una experiencia positiva con el producto es mucho más probable que consideren realizar una compra. Tanto es así que varios estudios han demostrado que el 70% de los clientes que prueban un producto a través de sus muestras tienen más probabilidades de acabar comprándolo.

Ante esta atractiva forma de marketing, las empresas que decidan apostar por ella deben elegir cuidadosamente los productos que ofrecerán como muestras gratuitas para que sean representativos de su marca y generen interés. También es muy importante que identifiquen bien a su público objetivo para adaptar sus esfuerzos de sampling de manera efectiva y no malgastar las muestras, pues, cuanto más ‘se afine el tiro’, mayor será el ratio de conversión.

En definitiva, el sampling demuestra que el marketing es un mundo vivo y en constante transformación, donde es posible recuperar formas que se creían obsoletas y volver a sacarles partido. Aunque la tecnología siempre es una gran aliada a la hora de innovar en cualquier campo; en el nuestro, ha sido clave la aplicación de un algoritmo con IA para localizar a los públicos objetivos de nuestros clientes y que ‘el tiro’ siempre sea certero.