Actualmente, el almacenamiento basado en objetos es más significativo que nunca gracias al incremento del uso de la nube y de los análisis avanzados de datos por parte de las empresas, quienes ya son conscientes de los múltiples beneficios que les puede brindar.
Los datos que almacenan las compañías tienen un gran valor, por lo que no pueden permitirse el lujo de dejarlos inactivos. Por esta razón, utilizan la nube más que nunca esperando obtener una serie de beneficios al trasladar allí sus datos y flujos de trabajo.
Este giro les está exigiendo ofrecer soluciones que permitan utilizar sus sistemas y datos actuales, como también aprovechar las ventajas que ofrece la nube. Y aunque pueden tener un coste elevado, las empresas que no afrontan el cambio con suficiente rapidez pueden perder competitividad frente al resto.
Sin embargo, la gestión de los datos por sí solos no resulta suficiente. Deben manejarse de forma que faciliten la obtención de la información de modo rápido y desde un único lugar. Según un estudio reciente, el 71% de los directivos de IT considera que un único punto de gestión de datos en entornos híbridos es el aspecto más determinante de las estrategias de almacenamiento en la nube híbrida. Y un único punto de servicio precisa de una herramienta que englobe la nube pública, las infraestructuras locales y los sistemas híbridos.
Esta herramienta es el mencionado almacenamiento de objetos. Aunque es un concepto consolidado desde hace años, la nube y los casos de análisis avanzado le han dado más significado que nunca. De hecho, el almacenamiento de objetos es lo que permite que la nube sea tan escalable, convirtiéndose en una tentadora alternativa para afrontar los retos actuales por sus prestaciones de coste y capacidad. Su auge es una realidad, y expertos de IDC lo afirman:
El almacenamiento de objetos nació a mediados de los años noventa gracias a unas reformas legislativas ocasionadas por fraudes de falsificación de datos en Estados Unidos. Esta nueva arquitectura enseguida alcanzó mucho prestigio porque:
Es destacable el año 1996 cuando Amazon introdujo el almacenamiento de objetos y todo cambió. La compañía popularizó el protocolo de servicio de almacenamiento simple (S3) y lo hizo ampliamente disponible. Como resultado, las empresas pudieron diseñar aplicaciones en torno al mencionado protocolo, convirtiéndose en un elemento fundamental tanto en casos de uso en la nube como in situ.
A pesar de su papel esencial en el presente, muchas personas desconocen cómo ha evolucionado el almacenamiento de objetos para poder ayudarles. Por ejemplo, una grabación de audio podría traducirse y agregarse a los metadatos, lo que permitiría a los equipos poder buscar y corroborar rápidamente elementos específicos dentro de la misma.
En la misma línea, este sistema resulta útil para las aplicaciones con gran volumen de información. Supongamos que queremos analizar un conjunto de datos de decenas de países. No sería factible que alguien escudriñara todo ese contenido. El almacenamiento de objetos cambia las reglas del juego y permite categorizar esos datos.
Cada vez hay más empresas conscientes de la capacidad del almacenamiento de objetos a la hora de afrontar cargas de trabajo de alto rendimiento o casos de lentas copias de seguridad y archivado. Al fin y al cabo, se trata de facilitar el acceso rápido a la información y los conocimientos, trabajar de un modo más inteligente, y hacer posible aquello inalcanzable en un pasado.
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