Antes del verano tuve la oportunidad de participar en el evento Women in Data Science (WiDS Madrid), que congrega a mujeres cuya labor profesional está vinculada al ámbito de la ciencia de datos y tiene como objetivo dar visibilidad a la necesidad de una mayor presencia femenina en esta disciplina.
Esta ocasión me hizo reflexionar sobre el gran avance que estamos viviendo en los últimos años, gracias al cual podemos observar un mayor número de mujeres referentes en estos ámbitos. Este avance es muy relevante para que las nuevas generaciones de niñas y jóvenes puedan contar con ejemplos visibles en los que verse reflejadas. También apreciamos cómo los medios de comunicación, las empresas y las instituciones están tomando el testigo de concienciar a la sociedad a todos los niveles sobre la importancia de atraer a las mujeres hacia el mundo de la tecnología, para contar con todo el talento disponible. Es por ello que eventos inspiradores como WiDS tienen cada vez más acogida.
Al mismo tiempo que nos alegramos de los avances que se han realizado, me gustaría recalcar que nos queda mucho camino por recorrer. Seguimos viendo que, en cualquiera de las tecnologías habilitadoras de negocio, ya sea ciencia de datos, ciberseguridad o computación en la nube; existe una escasez de talento en general y de las mujeres en particular. Considerando que estos sectores cuentan con tasas de empleabilidad del 100% y ofrecen una gran oportunidad de progresar profesionalmente, no podemos permitir que las niñas y las jóvenes sigan pensando de forma mayoritaria que éste no es un camino para ellas o que mujeres de otros sectores no se lo planteen como una opción viable para reciclarse profesionalmente.
Estoy convencida que uno de los aspectos claves para atraer talento femenino hacia estas disciplinas tecnológicas es saber comunicar adecuadamente qué es lo que hacemos en este sector y el gran impacto que su uso tiene en todos los aspectos de la vida profesional y personal , en definitiva, saber transmitir su propósito. Diferentes estudios nos muestran que las mujeres suelen otorgar una mayor importancia al sentido de su trabajo y, en este aspecto, entender cómo un proyecto puede repercutir en el bienestar de la sociedad es fundamental. Simplemente conseguir que una empresa sea más eficiente tiene un impacto positivo en nuestro entorno, pero, además, existen proyectos enmarcados en la iniciativa Data4Good que tienen como objetivo servirse de los datos y de la tecnología para hacer del mundo un lugar mejor.
Es aquí donde cobra valor la presencia femenina en la ciencia de datos. La Inteligencia Artificial aprende de los datos que ya existen, pero si éstos están sesgados porque las mujeres no están representadas en este sector, la tecnología seguirá sin recoger sus necesidades particulares y estaremos perdiendo en dos sentidos: no se responde a las necesidades de la mitad de la población ni se aprovecha todo el talento disponible. En los últimos años hemos sido testigos de muchos ejemplos donde los datos estaban sesgados, con casos de algoritmos que estaban programados de tal forma que descartaban directamente currículums de mujeres en procesos de selección porque habían aprendido de datos que decían que determinados puestos solo eran ocupados por hombres.
La tecnología avanza a pasos agigantadas y la educación no es capaz de adaptarse para enseñar las competencias digitales que necesitan las empresas y la sociedad en su amplio sentido. Si hay un ámbito fundamental en el que trabajar la atracción de talento hacia la tecnología a todos los niveles ese es el de la educación. Se calcula que el conocimiento humano se duplicará cada 12 horas para el año 2030, esto nos indica que no podemos seguir educando como se hacía cuando el conocimiento humano se duplicaba cada 100 años. Una habilidad fundamental para inculcar a las nuevas generaciones es la curiosidad por aprender, por conocer su entorno, cómo funcionan las tecnologías y a la vez la capacidad de desaprender continuamente para adquirir nuevos conocimientos por la velocidad vertiginosa con la que la tecnología va cambiando. Esta habilidad es una forma de mirar la realidad y una forma de vivir buscando soluciones innovadoras para los retos que se nos presentan cada día. Tenemos una responsabilidad, no solo desde los centros educativos sino desde las familias, la sociedad y los medios de comunicación de inculcar a los jóvenes la curiosidad y el interés por el aprendizaje continuo. Es nuestra responsabilidad como padres, como educadores, como ciudadanos encontrar la forma de transmitirles a las nuevas generaciones que el futuro es de todos y que la tecnología es habilitadora para modelar este futuro; hacer a los jóvenes conscientes de cómo la tecnología ha transformado radicalmente la forma en la que trabajamos, vivimos y nos comunicamos y que sean ellos también protagonistas de esa transformación.
Todo esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta las cifras de desempleo juvenil que registra España. Es cierto que todavía hay mucha distancia entre lo que necesita el mundo empresarial y lo que ofrece la educación reglada, pero también lo es que si las personas tienen interés por aprender el conocimiento está a su alcance. Nunca antes ha estado el conocimiento tan democratizado como lo está hoy en día.
En este sentido, hay una oportunidad de conectar con el interés que los jóvenes ya tienen por aprender cosas nuevas relacionadas con las tecnologías que usan, como puede ser usar nuevos filtros de aplicaciones, y trasladarlo para que sientan esa curiosidad por ampliar conocimientos y entender el papel habilitador de las tecnologías que utilizan en su día a día. Por ejemplo, es fundamental que las nuevas generaciones sean conscientes de que a diario se encuentran expuestas a algoritmos de Inteligencia Artificial que conocen sus preferencias, inclusos mejor que ellos mismos, por esto es necesario que entiendan cómo funciona éstos a grandes rasgos y cuáles son los parámetros que usan para tomar decisiones por ellos.
En este punto también me gustaría destacar la importancia de la ciberseguridad, un tema que me toca muy de cerca como presidenta de Women4Cyber Spain. Para poder garantizar que la tecnología avanza en la dirección correcta y que los jóvenes y la sociedad confíen en ella; los datos, las conexiones y las transacciones que realizamos continuamente en nuestras vidas profesionales y privadas deben estar convenientemente asegurados. Entre todos podemos construir un entorno de confianza digital más diverso e inclusivo, aprovechando todo el talento que tenemos disponible.
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