Antes que nada, permíteme usar una metáfora del mundo del fitness. Agarra una extremidad (preferiblemente tuya) y tira de ella hasta el límite de su rango de movimiento. Por ejemplo, cuánto puedes doblar tu pierna hacia tu espalda. Ahora, intenta hacer el mismo movimiento, sin la ayuda de otro miembro. No llegará tan lejos. La diferencia entre los dos resultados es la medida de tu flexibilidad básica. Cuanto mayor sea la diferencia, más posibilidades de sufrir una lesión.
Es una analogía útil a la hora de hablar de la contribución del departamento de TI al negocio, especialmente ahora que la empresa media europea dedica unos 7 millones de euros de presupuesto a las TI. Si sus metas y objetivos encajan perfectamente con las del conjunto de la empresa – es decir, no hay ningún ‘gap’ entre ellos -, el departamento estará completamente preparado para su propósito. Si, por el contrario, no encajan, se convierte en potencialmente ineficiente y su ‘core’ se debilita, perjudicando no solo a él, sino a toda la organización.
Para analizar los posibles ‘gaps’ que afectan a vuestra empresa, te propongo un sencillo ejercicio que os permitirá dar un primer paso para enderezar las cosas.
La tecnología es estupenda. Esto es lo que esperas que diga, pero el primer paso a la hora de encontrar el mix ideal entre tecnología y plan estratégico no requiere nada más high-tech que un lápiz y un papel.
Divide el papel por la mitad trazando una línea vertical en el centro. En la mitad izquierda, escribe las prioridades de tu estrategia TI. No se trata de anotar los detalles técnicos o las preferencias en hardware y software. Piensa en el efecto que quieres que tus metas tengan.
¿Estáis intentando recortar gastos de servicios para usuarios optimizando procesos, como indican el 73% de responsables de TI? ¿Necesitáis mejorar las competencias del equipo e incorporar a más personal, como sugiere el 34%? ¿O es el BYOD más relevante en estos momentos? ¿Está la experiencia de usuario escalando posiciones en vuestra lista de prioridades, como en la del 89%? ¿Hay nuevos tipos de usuarios que el departamento de TI debe satisfacer? ¿Qué se encuentra por encima de todo en vuestra lista y qué estáis dejando para el próximo semestre?
Probablemente saques entre seis y ocho metas, acordes con objetivos de negocio estratégicos estándares: reducir costes, impulsar ventas, incrementar los márgenes de beneficio, etc. Etiqueta cada meta con el objetivo de negocio global al que va asociado.
Ahora, en la mitad derecha del papel, escribe los objetivos de negocio estratégicos globales de la empresa a los que el departamento de TI da servicio, en el mismo orden, de más a menos prioritario. Piensa en el posicionamiento competitivo de la empresa. ¿Vende productos básicos para los que la atención al cliente es el factor diferencial? ¿Son vuestros productos líderes en el mercado, por lo que el objetivo es aumentar el mercado? ¿Está la empresa lidiando con cambios en la cadena de suministro, por lo que el objetivo es suavizar su impacto? ¿Un cambio en el producto o en el consumo os está dejando en la estacada?
El diagrama Porter de las Cinco Fuerzas se ha usado tradicionalmente para entender cómo los distintos factores del mercado empujan y tiran de cada jugador. Trata de ubicar a tu empresa en este diagrama, te dirá cuáles son las metas de negocio.
Y, si no estás seguro, es signo de que necesitas reunirte con el equipo directivo.
Después, amplia tu perspectiva. Compara las dos listas y busca los ‘gaps’.
¿Está el departamento de TI centrado en recortar costes, pero el mercado está creciendo de forma explosiva, sugiriendo que es hora de invertir más que de restringir? ¿Tiene la experiencia de usuario prioridad baja porque es “suficientemente buena”, pero la competencia deleita a los clientes con alternativas mucho mejores?
Este simple ejercicio puede ayudaros a distanciar vuestra mente de preocupaciones menores de TI para focalizaros en las prioridades de negocio. Porque, en realidad, los objetivos del negocio son los objetivos de TI. Y una vez vuelta a priorizar la estrategia TI para eliminar esos ‘gaps’, llega la hora de la segunda parte: pensar en innovar.
Observa de manera crítica las nuevas tendencias, como el cloud computing, servicios de infraestructura o la externalización de la seguridad para tus aplicaciones y datos. Muchas veces lo que impide a TI innovar es la infraestructura existente. El 87% de los responsables de TI europeos cree que existen barreras que impiden adoptar nuevas tecnologías. Una media del 70% también afirma intentar mejorar los procesos, incrementar el control que tienen sobre sus datos y dar respuesta a sus necesidades de personal.
La reflexión clave: calcula de cuánto tiempo dispondrías para pensar estratégicamente en el negocio si pudieras sacarte de encima tareas diarias de menor valor – dar soporte a usuarios, mantener la infraestructura, mantener las aplicaciones actualizadas y al día… Todo indica que sería más del cuádruple del que dispones ahora.
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