Elegir el gestor de contenidos (CMS) con el que vamos a desarrollar nuestro proyecto web es una decisión fundamental que condicionará gran parte de las actividades y recursos que queramos poner en marcha en el futuro. Como en la construcción de una casa, en el desarrollo de un proyecto web, tener los cimientos adecuados es la base del éxito.
Cuando ponemos en marcha nuestro proyecto web no podemos dejarnos guiar simplemente por las modas o “lo que usa todo el mundo” y tenemos que hacer una pequeña reflexión sobre nuestras necesidades y las opciones que existen en el mercado. Y es que, dependiendo del seleccionado, el CMS puede ser la solución a todos nuestros problemas, o un quebradero de cabeza.
Entre las distribuciones Open Source, WordPress, Joomla! y Drupal son seguramente los tres gestores de contenidos más utilizados en todo el mundo y se adaptan a todo de páginas web. Magento y PrestaShop serían las opciones equivalentes en el comercio electrónico, acompañadas de la combinación del omnipresente WordPress y WooCommerce, su plugin para vender online. En cualquier caso, estos populares CMS son la elección más evidente para cualquiera que se inicie en el mundo web, pero no tienen por qué ser los mejores para nuestro proyecto.
La mayor ventaja de utilizar CMS que no sean tan conocidos es, en primer lugar, que al no estar tan extendidos, el número de ataques dirigidos hacia los sitios que administran es mucho menor. Aunque todos los CMS populares tienen grandes comunidades preocupadas con la seguridad, el hecho de gestionar nuestra web bajo un gestor de contenidos menos utilizado garantiza que existirán muchos menos ataques hacia nuestro sitio.
Por otra parte, los CMS poco conocidos suelen incluir, por defecto y para diferenciarse, funcionalidades que otros no incluyen en sus instalaciones básicas o que resuelven mediante plugins de terceros. Más allá de los problemas derivados de las actualizaciones de esos plugins (incompatibilidades con plantillas propias, agujeros de seguridad…), esto puede hacer que un CMS menos popular sea la mejor opción cuando, por ejemplo, queremos gestionar distintos sitios o servicios web desde un único software.
Como principal desventaja, encontramos que su instalación puede ser más engorrosa si no contamos con ciertos conocimientos. Esa complejidad también se extiende cuando comenzamos a usar, administrar y personalizar algunos de estas opciones.
Paralelamente, por el hecho de estar menos extendidos también es probable que encontremos menos documentación, por lo que será más difícil encontrar soluciones a problemas o dudas habituales de los usuarios.
Más allá de estas opciones, hoy en día tampoco resulta descabellado inclinarnos por CMS basados en archivos de texto plano, que funcionan sin una BBDD por debajo y sorprenden por sus funcionalidades y alto rendimiento. Si nos decidimos por esta última opción, conviene que tengamos en cuenta algunos nombres:
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