Margaret Lewis, Directora de Marketing de Producto, AMD, nos habla sobre el reto de ser capaces de adaptase a las nuevos requisitos y características de la computación en la nube.
Para ciertas personas, este verano ha tenido todo el aspecto de ser el “Verano de la Computación en Nube”, con todos y cada uno de los principales fabricantes de tecnología anunciando productos o, como mínimo, su estrategia con respecto a la nube. Para otros, parece que ha sido el “Verano de las apariencias de la Computación en Nube”. Se ha producido un debate realmente amplio en los últimos días (como el provocado por el artículo en InfoWorld y su contestación en otro artículo en ebizQ) al respecto de a qué lado del muro está realmente la computación en nube. En mi opinión este es un tema fuera de toda duda: la computación en nube está aquí para permanecer.
Para mí la pregunta más importante no es si nosotros, es decir, todo el ecosistema de TI, podemos adaptarnos rápidamente o no para responder a las necesidades que impone la nube. Creo que podemos. Pongamos como ejemplo el reciente anuncio de VMware de su producto de software vSphere 4.1 que resuelve uno de los principales problemas de la computación en nube: la capacidad de gestión. O el anuncio de Microsoft de un equipo de hardware integrado con la plataforma Windows Azure, con el fin de permitir a los departamentos de TI transformar su infraestructura tradicional en una nube privada basada en las conocidas tecnologías de Microsoft de sistemas operativos, aplicaciones, soluciones de gestión y herramientas. Y no debemos olvidar tampoco a Red Hat Cloud Foundations Edition One, que es una arquitectura que permite a los clientes construir infraestructuras en nube basadas en tecnologías de software de código abierto.
El eje principal de todo cuanto hacen estas soluciones consiste en utilizar una tecnología fiable en el centro de datos –la virtualización- y explotar al máximo todas sus posibilidades en un entorno de computación en nube para los clientes. La virtualización, entendida como tecnología de base para la nube, ha sido objeto de discusión en los últimos tiempos. En realidad nosotros diseñamos plataformas de servidor teniendo en mente de forma explícita la virtualización y la computación en nube.
Vemos a ciertos negativistas que consideran que la computación en nube está siendo objeto de una atención desmedida, y yo entiendo por qué piensan así. En general existen dos puntos de vista que conducen a este escepticismo. Veámoslos por separado.
En primer lugar, algunos opinan que la computación en nube es solamente ruido que se refiere a un modelo de distribución de aplicaciones y servicios que ya existe desde hace bastante tiempo. Yo misma analicé este concepto en febrero de 2009. El que la computación en nube sea un concepto evolutivo o una revolución es algo que no me preocupa. Lo importante es la actual explosión de los datos (que se muestra en este vídeo), y que significa que “la nube” es ahora más importante que nunca.
El segundo punto de vista es que los clientes no están dispuestos a meterse en la computación en nube porque aún no está suficientemente madura. Es una opinión válida; la computación en nube está en proceso de maduración, pero puedo estar de acuerdo en que aún no es un entorno de uso y consumo masivo. Pero es precisamente por esto por lo que el ecosistema de TI debe adaptarse, que es lo que comentaba anteriormente. Las empresas líderes del sector están produciendo tecnologías que pueden hacer que la computación en nube sea fiable, estable y manejable para clientes grandes y pequeños.