Ángel Pineda, CEO de Orizon, nos ofrece su visión sobre la plataforma BOA (Boost & Optimize Applications), diseñada para dar soporte a todo el ciclo de monitorización, identificación y resolución de los problemas de software.
El rendimiento acapara desde hace décadas la atención y los proyectos de innovación de las organizaciones cuya actividad pivota directamente sobre la tecnología. Entendida como la monitorización y medición de indicadores relevantes para evaluar el comportamiento de los recursos tecnológicos, su gestión, en la mayoría de las organizaciones sigue sin ofrecer una visión global del rendimiento del software y de su impacto en el negocio.
Como contrapunto, una visión global del rendimiento del software es clave para que las organizaciones puedan mantenerse en una posición competitiva, especialmente aquellas que invierten millones de horas de programación en desarrollo y su mantenimiento. En esos entornos, el concepto de rendimiento debe ser más amplio y su gestión ha de permitir determinar, no sólo si la tecnología tiene capacidad para responder a los objetivos del negocio, sino también si cumple con las expectativas de los clientes y, además, con qué consumo de recursos y a qué coste.
Para cumplir con ese objetivo, existen en el mercado plataformas que monitorizan e incluso detectan anomalías, pero lo hacen de forma aislada y ofrecen, por tanto, visiones parciales y departamentales. Por otro parte, son herramientas que tampoco están específicamente orientadas a la identificación de los problemas de software y mucho menos a su resolución. De hecho, la filosofía de las soluciones APM (Application Performance Management) no permite a las organizaciones establecer una función global de rendimiento del software y de impacto en el negocio, que es lo que están demandado las empresas y, específicamente, los ejecutivos ‘C-Level’.
Es cierto que las herramientas APM son capaces de identificar problemas tecnológicos con un elevado nivel de granularidad, pero no identifican las causas de dichos problemas. En términos médicos, son capaces de identificar los síntomas, pero no tienen capacidad para diagnosticar la enfermedad ni orientan la resolución de las causas que la ha generado; con la carencia añadida que supone que tampoco permiten medir el resultado de las actuaciones que se llevan a cabo para solventar la causa de dichos problemas.
La solución BOA (Boost & Optimize Applications) nació para solventar todas estas carencias y ha evolucionado bajo una concepción verdaderamente integral del rendimiento del software y de su mejora continua. Por hacer una analogía, BOA es el ERP del rendimiento y proporciona soporte a todo el ciclo de monitorización, identificación y resolución de los problemas de software, incluyendo la medición de los resultados de las actuaciones que se realizan, así como la generación de información para la mejora continua del ciclo de vida del desarrollo de software.
Una visión completa del rendimiento
Como plataforma global de rendimiento, BOA proporciona una visión completa y centralizada del rendimiento. Unifica para facilitar las labores de identificación y mejora del rendimiento. Para ello, aglutina más de 50 fuentes de información de todo tipo de tecnologías y a partir de los datos obtenidos ofrece una visión integral y global del rendimiento de toda la plataforma tecnológica de una organización.
Las capacidades de medición de BOA permiten realizar la medición individual del comportamiento de los diferentes componentes de la plataforma tecnológica a lo largo de todo su ciclo de vida y también permiten medir de forma agregada cómo afecta cada componente individual a diferentes criterios.
Entre estos criterios, cabe destacar el consumo de infraestructura y los costes globales, de acuerdo con las fórmulas de facturación de cada organización; los tiempos de respuesta, dispersión y estabilidad en operación online, en base a estándares de mercado como son Aqmetrix y Adpex, u otros definidos por la propia organización; así como el cumplimento de los Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA) batch. Y todo ello de una forma totalmente configurable.
Otro de los objetos de medición clave para determinarme si el rendimiento se ajusta a los objetivos establecidos por el negocio son los proveedores, con la posibilidad de correlacionar la calidad del código software con factores de comportamiento individual de los componentes y con indicadores agregadores de negocio. De esta forma, con BOA es posible llevar a cabo un control de la calidad del software de la organización por proveedor y por aplicación, lo que significa el arranque de un proceso de excelencia continua.
En esa carrera, contamos con una metodología propia denominada DevPerOps, que liga, con el rendimiento como nexo, el proceso de desarrollo y el de explotación. Esta metodología, junto con el uso de BOA y el conocimiento tecnológico de los profesionales de nuestra Oficina Técnica del Rendimiento (OTR), permite a las organizaciones accionar el ciclo de detección, corrección y medición de la mejora a lo largo del ciclo de vida completo de las aplicaciones hasta su entrada en producción, estableciendo una nueva etapa adicional de post-implantación.
Hay que destacar, además, que este cambio hacia la excelencia en el desarrollo y la operación del software se lleva a cabo en un contexto de medición continuada de todas y cada una de las iniciativas de mejora y, por tanto, con un foco claro en el retorno de la inversión (ROI) porque, como todos sabemos, la cuenta de explotación es vital. No obstante, tampoco podemos perder de vista los intangibles que, en el caso de la gestión de proveedores, resultan fundamentales por todo cuanto implican en términos de control, mejora del ciclo de desarrollo, implantación de buenas prácticas y mejora del servicio al cliente; y que pueden ser tanto o incluso más importantes como la mejora de los costes.
Herramienta en evolución continua
Diseñada y construida para posibilitar la mejora continua de las organizaciones en términos de rendimiento, BOA también se encuentra en un proceso de evolución continua y seguimos invirtiendo en su mejora día tras día.
Así, y de acuerdo con los requerimientos de los clientes, las áreas en las que actualmente se centran las inversiones son varias, empezando por las posibilidades de parametrización y adaptación a las particularidades de cada organización. Este aspecto es fundamental si tenemos en cuenta, por ejemplo, los procesos de facturación de la infraestructura tecnológica, los cuales son específicos de cada organización y son fundamentales para conocer el impacto de las mejoras de software en los costes.
Otra área prioritaria es la relacionada con las fuentes de información. En este sentido, somos plenamente conscientes de que la inclusión de nuevas tendencias y herramientas tecnológicas es imperativa para lograr mantener constantemente esa visión completa e integral de la infraestructura que diferencia a BOA.
En tercer lugar, trabajamos de forma permanente en la mejora de los procesos de detección mediante la aplicación de algoritmos e Inteligencia Artificial (IA). Gartner calcula que actualmente un 5% de las organizaciones combinan funcionalidades de big data y machine learning para dar soporte y reemplazar parcialmente a los servicios de monitorización, service desk y procesos y tareas automatizados; y ese porcentaje se habrá elevado hasta el 40% en 2022, de acuerdo con la consultora.
Cada vez más, la automatización inteligente contribuye a acelerar e imprimir eficiencia a la identificación diaria de todos los problemas e ineficiencias del software, especialmente cuando se trata de nuevo software. Y en este sentido, es importante recordar que, en el periodo de un año, alrededor de la mitad del software de una entidad financiera cambia completamente.
Por último, e igual de importante, es ofrecer toda esta información de una forma que resulte realmente útil al nivel ejecutivo. Por ello, BOA cuenta con cuadros de mando completos y parametrizables que permiten mostrar a cada perfil, ya sea el CIO, el CEO, el CFO, etc., los indicadores que realmente le resultarán útiles para la toma de decisiones.