A veces podría parecer que el outsourcing es una moda. Las compañías fluctúan en la decisión de externalizar o internalizar de una manera absolutamente cambiante y marcada normalmente por unos criterios que en muchas ocasiones no llegan a cumplirse conforme a los objetivos marcados. En esta situación cabe preguntarse cuáles son las causas que hacen que lo que hoy esté bien visto, mañana pase a ser criticado dentro de una organización.
Cuando una compañía apuesta por externalizar, normalmente lo hace amparado por una ambición de mejora de los costes y un incremento en el control sobre aquellas tareas que pasa a subcontratar. Sin embargo, ¿por qué en un alto porcentaje de las ocasiones no se cumplen las expectativas?
La respuesta es bien clara: porque en un alto porcentaje de los casos se externaliza mal. En muchos casos no está claro el ámbito de lo que se puede externalizar, ya sea porque no se analizan previamente las implicaciones con el resto de áreas del negocio, o porque no se definen los indicadores que se quieren medir, o porque no se controla y gestiona la evolución correctamente, o porque no se tienen en cuenta los efectos sobre los equipos de personas, o bien porque no se elije al proveedor correcto.
Una vez identificadas las causas del posible fracaso ya solo quedan dos alternativas: desistir de la externalización o por el contrario tomar las medidas para garantizar el éxito en el proceso de externalización. Nos centraremos en la segunda de la alternativas
Lo primero es tener claro el ámbito, es decir, definir qué es lo que se puede externalizar. En este punto es fundamental un análisis profundo de aquellas actividades que no siendo core-business, estén sujetas a la mejora en la eficiencia operativa de las mismas y en las que, además, se puedan aplicar economías de escala que permitan ahorrar costes. En ciertas ocasiones, se podría dar una mejora derivada de la flexibilidad en la consecución de los recursos, si bien en estos casos parece bastante claro que la mejora económica deberá estar correctamente acotada bajo el control del proyecto. Es decir, los recursos serán más caros y por tanto sólo tiene sentido este tipo de servicio cuando el proyecto a realizar está muy controlado. En no ser así, estaríamos tirando nuestro dinero.
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