Europa se pone las pilas en impresión 3D
IDC advierte que regiones como Europa occidental o Asia-Pacífico ya “están impulsando mayores niveles de gasto” que Estados Unidos en cuestión de impresión 3D.
Son estimaciones, pero ya dan buena cuenta de lo que ha sido 2016 en términos de impresión 3D, un fenómeno tecnológico en ascenso.
Los datos de IDC indican que, entre impresoras, materiales, software y servicios, el mercado de la impresión 3D movió el año pasado 13.200 millones de dólares. Y, si todo va de acuerdo con lo previsto, crecerá un 22,3 % durante los siguientes años, hasta alcanzar los 28.900 millones de dólares en 2020.
¿Quién aportará más dinero? ¿Dónde se está usando sobre todo la impresión 3D? A nivel de industrias, la fabricación discreta tiene un papel destacado al quedarse con más de dos tercios de los ingresos. Pero cabe valorar también la capacidad de evolución que encierra la industria sanitaria, que debería convertirse en la segunda más importante para 2020, con más de 3.100 millones de dólares.
Por países, Estados Unidos es número uno al acumular por sí solo una cuarta parte del dinero por impresión 3D. Sin embargo, ya hay otras zonas pisándole los talones. “A medida que el mercado de impresión 3D madura”, advierte Christopher Chute, vicepresidente de Customer Insights & Analysis de IDC, “las grandes tendencias ya no se limitan a Norteamérica. Regiones como Europa occidental y Asia-Pacífico están impulsando mayores niveles de gasto en diferentes industrias”.
De hecho, IDC cree que Europa occidental será capaz de cerrar buena parte de la brecha de ingresos con Estados Unidos en unos cuatro años. Y que las partes central y oriental del Viejo Continente, así como Oriente Medio y África, crecerán con rapidez.
Europa occidental junto a Asia-Pacífico y Japón debería acabar acumulando más de la mitad de los ingresos del mercado de impresión 3D.