Todo empezó cuando un Porsche 911 se averió y el desaguisado mecánico incluía un motor destrozado y afectaba al sistema de refrigeración y a la transmisión.
Una broma de unos 15.000 € de reparación. Total, que el dueño decidió ahorrarse la pasta y donar el coche a una buena causa, que consistió en dejarlo en manos de la Comunidad de la Segunda Enmienda, un simpático grupo de Massachussets que defienden el derecho constitucional de los americanos a llevar armas de fuego… y utilizarlas.
El resultado podéis comprobarlo en la foto superior o en la galería de imágenes a las que os remitimos más adelante. Casi un trabajo escultórico en el que podría inspirarse un anunciante de queso emmental. Las armas empleadas fueron muy variadas, desde pistolas hasta… ¡una ametralladora de doble cañón!
Aquí tenéis varias fotos más en una dolorosa galería. ─[Jalopnik / Donna Major / John Beauchemin]
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