Este vídeo te enseña cómo se usa el WC de la Estación Espacial Internacional
La explicación, aséptica como debe ser cuando hablamos de compartir un espacio tan íntimo durante meses, permite conocer con todo detalle cómo funcionan los dos sistemas de que dispone el aseo de la Estación Espacial Internacional para gestionar los residuos excretados por sus ocupantes.
La astronauta Samantha Cristoforetti nos explica cómo debe colocarse la manguera destinada a aspirar la orina (denominada “número 1” por ella) y cómo los astronautas se sientan sobre el dispositivo destinado a absorber y almacenar las heces (que denomina “número 2”).
En el caso de las heces estas son almacenadas durante aproximadamente 10 días hasta que dicho contenedor es evacuado y sustituido por otro nuevo. La orina, en cambio, pasa a ser reciclada por un complejo mecanismo que la transforma en agua potable. Las heces quedan almacenadas en pequeñas bolsitas, de forma similar a lo que sucede (o debería suceder) con los perros.
Cada usuario se preocupa de que sus heces queden contenidas en pequeñas bolsitas que una vez convenientemente cerradas se almacenan en el contenedor hasta que alcanza su máxima capacidad y se sustituye.
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La higiene parece ser extrema puesto que vemos a Cristoforetti manejar sin recato de ningún tipo las partes de ambos sistemas que más próximas quedan a las partes de la anatomía humana especializadas en evacuar nuestros residuos. Como explica, el respeto al resto de ocupantes obliga a que una vez acabadas las labores mingitorias o defecadoras el usuario del WC espacial proceda a limpiar todo lo que pueda haber quedado sucio.
vINQulo