Estas son las ciudades españolas más inteligentes
Un estudio elaborado por IDC España, ha analizado y clasificado las principales variables que determinan el grado de “inteligencia” de las ciudades españolas.
El estudio subraya la necesidad de evolucionar en el modelo de desarrollo y gestión actuales para alcanzar un futuro que tenga señas de identidad referidas a la sostenibilidad y coordinación y fluidez entre organismos públicos y privados.
Se ha valorado el esfuerzo de utilizar las TIC para transformar su forma de hacer y gestionar áreas tales como la energía, medioambiente, gobierno, movilidad y edificación. El objetivo último tiene que ver con aumentar la calidad de vida de los ciudadanos y asegurar el correcto desarrollo de una economía sostenible.
A pesar de los resultados, el estudio pone de relieve la necesidad de adoptar más medidas para alcanzar una mayor sostenibilidad, algo que requiere de la participación de entidades privadas y de madurez social.
“España debe todavía recoger los beneficios del importante desarrollo del concepto de ciudad inteligente”, ha dicho Rafael Achaerandio, director de Análisis de IDC Iberia.
IDC, junto con la ayuda y patrocinio de BBVA, Ferrovial Servicios, IBM, Microsoft, Sage, Telefónica y Urbiotica, ha elaborado una clasificación dividida en categorías (ciudades participantes, aspirantes y seguidoras).
Así, la ciudad más inteligente es Málaga, pionera en el desarrollo de un proyecto de ciudad eco eficiente, basado en la integración de fuentes de energía renovable en la red eléctrica de la ciudad.
El segundo lugar lo ocupa Barcelona, que destaca por la adopción de las TIC y soluciones de movilidad en el transporte urbano. En el tercer puesto Santander, gracias a sus avances en las áreas de edificación, energía y medio ambiente y por su experimentación en el internet del futuro y de las cosas.
Madrid, en cuarta posición, destaca por su economía y base TIC y Donostia por su énfasis en los servicios y la movilidad.
Pero aún queda mucho por hacer. Según la consultora, las urbes que quieran ser “inteligentes” deberán definir la estrategia, innovar en servicios y gestionar operaciones inteligentes. Posteriormente, y como no podía ser de otra forma, habrán de medir los esfuerzos vertidos para mantener una mejora continua de estos servicios.