Estados Unidos podría secundar la multa de la UE a Intel
La multa impuesta por la Comisión Europea al mayor fabricante de procesadores ha provocado un duro debate en EE.UU. sobre este tipo de prácticas desleales.
Definitivamente ésta no es precisamente la mejor semana para Intel. La multa que deberá afrontar el mayor fabricante de semiconductores, que asciende a la friolera de 1.060 millones de euros, ha generado un debate en Estados Unidos que podría provocar otro fallo en contra de la compañía.
La reacción a esta multa record, anunciada por la Comisión Europea ayer, coincide con el cambio de gobierno en el país norteamericano, donde la administración Bush está dando marcha atrás a muchas de las órdenes impuestas por Bush durante su mandato.
Por ejemplo, el 12 de mayo, la administración Obama revocó una política antimonopolio que permitía al Gobierno de los EE.UU. obstaculizar este tipo de iniciativas, como es el caso del mercado de procesadores x86.
Estas nuevas iniciativas podrían perjudicar a Intel también en terreno estadounidense. No en vano, Intel está siendo investigado no sólo por los legisladores de la Comisión Federal de Comercio, sino también por la Fiscalía General de Nueva York junto a otros gigantes de la tecnología como Google (en este caso con relación a los lazos entre su consejo de administración y el de Apple).
En este sentido, la Asociación de la Industria de Ordenadores y Comunicaciones ha indicado que la aplicación de las normativas en materia de antimonopolio volverá a llevarse a cabo a rajatabla gracias al cambio de administración en el Gobierno.
Ed Black, presidente y CEO de esta asociación, ya advertido que, “si bien la innovación y la competencia son necesarias, las empresas que son demasiado grandes y utilizan métodos anti-competitivos están dañando mucho a la Industria”. También ha criticado los métodos de Intel, a la que considera haber hecho un “uso indebido de su poder de mercado”.
Mientras tanto, Intel y su CEO, Paul Otellini, ya han afirmado estar en desacuerdo con esta multa y apelarán la sentencia. Aseguran que la Comisión ha ignorado algunas evidencias que podrían exculpar a la compañía de lo que se le está acusando.