En el gráfico que puedes ver aquí abajo se compara la curva de contratación de tres servicios diferentes: acceso a Internet convencional, acceso a la Red de banda ancha y acceso mediante telefonía móvil.
En el primer caso los datos proceden del proveedor de acceso a Internet estadounidense AOL, en el segundo al servicio de contenidos audiovisuales en streaming Netflix y en el tercero vemos el volumen de líneas de dispositivos iPhone en Estados Unidos de América. Son tres símbolos de tres modos de acceso a la información que representan claramente tres momentos de la evolución tecnológica y que plasma una realidad que de manera muy gráfica aparece en la curva descendente de las conexiones fijas convencionales y en el imparable ascenso de las líneas contratadas para unos dispositivos, los iPhone, que ejemplifican el uso para acceder a Internet de sus propietarios, como te hemos relatado recientemente aquí en The Inquirer.
En su punto máximo de abonados, AOL tuvo en 2002 más de 25 millones de abonados, peroNetflix (que continúa creciendo en nuevos clientes) ya tiene más de 36 millones de abonados, ofreciendo un ajustado retrato de las preferencias en cuanto a acceso a Internet desde conexiones fijas. Pero donde las cifras alcanzas cotas nunca vistas es en la revolución del acceso a Internet es cuando entra en juego el iPhone, como ejemplo de uso de dispositivos móviles para navegar por la Red: más de 73 millones de usuarios de iPhone en USA a finales del pasado mes de junio.
La muestra escogida y representada en los gráficos es desde luego parcial porque se refiere a tres empresas concretas, aunque lo cierto es que son más que significativas en sus áreas respectivas con lo que permiten evaluar el impacto de las tres tecnologías, los momentos en los que se han producido sus respectivos picos de esplendor y la evolución de su camino, aún creciente en el caso de la banda ancha fija, meteóricamente imparable en las líneas móviles y sin duda en un declive que apunta hacia lo testimonial en las conexiones convencionales.
Faltaría mencionar un importante elemento corrector, el referido a la distribución de las distintas líneas por hogar. Mientras que una conexión a Internet convencional vía AOL o la suscripción a un servicio de streaming como Netflix (que necesariamente debe funcionar sobre una conexión de banda ancha) se limitan a uno por hogar, en el caso de las líneas de telefonía móvil y los dispositivos iPhone es evidente que habrá hogares donde no haya ninguno pero también habrá más de un domicilio donde varios miembros de la familia sí tendrán un iPhone cada uno.
El análisis de estos datos confirma la consolidación del acceso móvil a Internet como la que probablemente termine siendo la vía mayoritaria de entrar en la Red. Y a este ritmo no va a ser dentro de mucho.
vINQulo
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