Todos apoyaron a Hillary Clinton en la campaña, intentaron aceptar el hecho de que Donald Trump hubiese sido el ganador, y hasta se reunieron con él en la Trump Tower en diciembre, cuando todavía era presidente electo. La actitud de la industria tecnológica pareció por un momento ser prudente ante el nuevo presidente, intentar darle el beneficio de la duda. Hasta que firmó la orden ejecutiva que prohibía la entrada en el país a personas de países musulmanes.
Ahí ya todos hablaron claramente: Sergey Brin se unió a protestas (él llegó a Estados Unidos como refugiado), Tim Cook y Mark Zuckerberg se dirigieron a sus empleados para mostrar su desacuerdo con la orden. Y Apple, Google, Facebook y Microsoft, entre otras, llevaron el caso a los tribunales. ¿El gran ausente en estas denuncias claras y abiertas a la administración Trump? Elon Musk.
El CEO de Tesla siguió desde el principio una estrategia diferente. Fue el único —junto con Peter Thiel, que apoyó a Trump ya en la campaña— que tras la reunión de diciembre aceptó un puesto como asesor del nuevo presidente de Estados Unidos. Además, ha tuiteado en varias ocasiones su acuerdo con algunos de los nombramientos de Donald Trump y no ha sido tajante en las críticas.
Cuando se firmó el veto a los inmigrantes, muchas miradas se dirigieron hacia él. Para sorpresa de todos, se mantuvo en su posición neutral, sin mojarse demasiado, justificando al presidente. Aseguró en Twitter que sin duda ese veto no era «la mejor manera» de afrontar el problema de la inmigración, pero animó también a al gente a leer la orden ejecutiva en sí. «Leer el material original es mejor que leer las opiniones de otras personas sobre él», tuiteó.
Elon Musk es sin duda un lugar inesperado del que surge cierto apoyo a Donald Trump: no solo es inmigrante, sino que además toda su visión de negocio y de futuro gira alrededor de la lucha contra el cambio climático. Musk, que en alguna ocasión definió su proyecto como algo directamente humanitario, se encuentra ahora justificando (si bien de forma algo tibia) acciones del presidente de Estados Unidos más difícil de justificar.
¿Qué ha pasado? ¿Está de verdad de su lado? Posiblemente no. El CEO de Tesla parece seguir una estrategia que busca, más que el enfrentamiento, evitar males mayores. Ante una administración que no cree en el cambio climático, mejor que por lo menos haya un asesor que esté del otro lado, que pueda desde dentro aspirar a llevar las cosas por el camino menos malo.
Ser asesor, aseguró Musk hace un par de semanas en Twitter, como respuesta a las críticas de usuarios y clientes que incluso han llegado a cancelar pedidos del Tesla Model 3, no significa estar de acuerdo. Su opinión es que mantenerse en contacto con Trump en una serie de temas críticos servirá al final para el bien mayor.
Esta semana, no obstante, su Twitter mostró lo que parece ser su opinión real sobre todo el tema. Durante unos minutos, aparecieron publicados tres tuits en los que indicaba que el veto a los inmigrantes de origen musulmán no estaba bien. Después los borró y dijo que eran borradores que había publicado por error. Quizá fuese eso; o quizá sea una forma extraña de dejar algo más clara su posición real.
Un 54,7 % de los trabajadores formados en IA en nuestro país son hombres y…
Las aplicaciones más pujantes son las de traducción automática, los chatbots y los asistentes de…
La mayoría de las empresas carece de personal con las competencias necesarias para trabajar con…
Solamente 1 de cada 10 no aprovechará las rebajas, el 70 % gastará lo mismo…
El internet de las cosas (IoT) trae muchas ventajas, pero también comporta nuevos riesgos. El…
Ofrece hasta 1 millón de dólares de compensación económica en caso de incidente, con la…