“España tiene mucho que avanzar en términos de digitalización empresarial”

Según un estudio de Zoho, solamente una cuarta parte de las compañías disfruta de una buena salud digital en nuestro país.

La digitalización empresarial todavía no es una realidad en España. O, al menos, no es una realidad férrea. Son minoría las compañías que en estos momentos cuentan con una buena salud digital en nuestro país.

De acuerdo con un estudio realizado por la tecnológica Zoho, que analiza sus prácticas de transformación digital, solamente 1 de cada 4 puede presumir de contar con una salud buena en este ámbito. Son más las que la califican como mala (28 %). Cerca de la mitad (47 %) se mantiene en la media.

Las que obtienen mejores resultados son las grandes y medianas compañías, con un 30 % de ellas que pueden presumir de una buena salud digital frente al 14 % de las de tamaño más reducido.

Cuanto peor es la salud digital de una organización, menos probable es que esté usando plataformas en la nube. En total, más de la mitad (54 %) de las empresas usa de dos a tres plataformas y hasta cinco aplicaciones cloud.

Las que tienen mejor salud digital serán, además, más propensas a contar con la inteligencia artificial. El 42 % ve beneficios en su uso y tienen previsto acometer grandes inversiones en esta tecnología.

Otro de los datos que deja el informe de Zoho es que sólo el 8 % de las empresas españolas son ya 100 % digitales. Prácticamente un tercio gestiona más de la mitad de su negocio con herramientas digitales. El resto todavía tiene un camino amplio por recorrer.

“Está claro que España tiene mucho que avanzar en términos de digitalización empresarial”, reconoce Sridhar Iyengar, director general de Zoho Europe.

“Los beneficios se entienden claramente, pero tiene que haber mucha más educación y formación por parte de las empresas y de los proveedores que ofrecen soluciones digitales, ayudando a las organizaciones a superar los retos y aprovechar todo el potencial de su inversión en digitalización”, comenta al respecto.

“Las empresas deben pensar más claramente en la necesidad de buscar proveedores adecuados con los que asociarse y hacer más segura su transformación digital”, dice. “Aconsejamos adoptar un enfoque estratégico, en el que utilizar las herramientas correctas, consolidar las plataformas que se utilizan y tener claros los objetivos de negocio de la compañía, sean pasos fundamentales para evitar los retos que se plantean en nuestro estudio y mejorar así la salud digital de las empresas”.

“La alineación cultural también debe tenerse muy en cuenta”, prosigue Iyengar. “Para lograr el éxito con la transformación digital, es fundamental que los proveedores adopten una visión a largo plazo en su relación con los clientes y les ayuden a implementar las herramientas de la manera correcta, colaborar en la educación de sus usuarios, impulsar la adopción y obtener un ROI significativo”.

“La transformación digital”, termina, “es un proceso, y los usuarios de herramientas digitales deben entender que no pueden limitarse a ‘poner en marcha’ una herramienta y esperar obtener beneficios desde el primer momento y de forma continua”.

En España, 9 de cada 10 empresas ha sufrido problemas en su proceso de digitalización. Los quebraderos de cabeza más comunes son tener que recurrir a ayuda a externa para que las herramientas funcionen, no obtener los beneficios prometidos por el proveedor o la cuestión de la adopción por parte de los empleados.

Durante la pandemia de coronavirus la transformación digital se volvió urgencia. Y eso se está pagando ahora. Más de un tercio (34 %) de las empresas españolas reconoce que la tecnología introducida en ese momento no se integra con facilidad con otras aplicaciones y el 29 % asegura que ya no es adecuada para su propósito. Esto es así porque hubo precipitación y se tomaron decisiones pensando únicamente a corto plazo.

Pero no todo son valoraciones negativas. A la hora de apuntar los beneficios de esta transformación digital, los líderes encuestados aprecian mejoras en experiencia del cliente, eficiencia, automatización y competitividad.