España registra 1.169 casos de fraude informáticos al día
Esto es el triple que hace cinco años, con un papel destacado de la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía como zonas afectadas.
El fraude informático crece en España. En 2023 alcanzó un total de 426 744 casos. Esto implica un crecimiento interanual del 27 % y una media de 1169 fraudes diarios al día, el triple que hace cinco años.
Andalucía, la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana encabezan este incremento, mientras que La Rioja es la única comunidad autónoma en la que se registró un descenso en los niveles de fraude informático. Eso sí, este tipo de cibercriminalidad domina sobre todo en la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía, que entre las tres acumulan prácticamente la mitad de las detecciones con 218 573 casos. La provincia de Madrid acumula 198 casos de fraude al día, seguida de Barcelona (145) y Valencia (59).
Estas cifras quedan recogidas en un informe del Grupo Logalty (El fraude informático en España 2024) que destaca el auge que está experimentando la actividad de los ciberdelincuentes en nuestro país.
“Atravesamos un momento crítico en el que las empresas se enfrentan al desafío de optimizar la gestión y protección de sus datos y los de sus clientes”, observa María Dolores Pescador, presidenta ejecutiva de Grupo Logalty, que ve “fundamental la implementación de tecnologías que eviten los posibles ciberataques y su consecuente robo de datos; así como la detección de cualquier intento de suplantación de identidad para obtener un beneficio fraudulento”.
“En los últimos tiempos”, dice,”la evolución vertiginosa de la tecnología ha derivado en más posibilidades para que los cibercriminales cometan delitos. Los casos de robos de datos y falsificación de documentos de identidad como DNIs o pasaportes se han multiplicado recientemente, gracias a la inteligencia artificial, entre otras tecnologías”.
“Sólo con más tecnología las empresas pueden contrarrestar la efectividad de estas herramientas cada vez más sofisticadas para proteger y verificar la identidad de las personas”, concluye María Dolores Pescador.