La factura electrónica gana presencia en España. Durante el año 2022 se rebasaron los 379 millones de facturas intercambiadas entre los ámbitos B2B, B2G y B2C. Esta cifra es un 22,77 % mayor que la de 2021 y ha supuesto casi 3 millones de ahorro en costes de gestión.
El Estudio Comparativo del uso de la factura electrónica en España elaborado por SERES así lo demuestra. Dejar atrás el papel tiene efectos positivos en el medioambiente y también en los propios negocios, con ahorros de material y tiempo.
La investigación de SERES estima que el año pasado el ahorro medioambiental creció un 30 %, mientras que el tiempo de trabajo en horas se redujo el equivalente a 728 años laborales.
Solamente en el ámbito B2B, el volumen de facturas electrónicas emitidas rozó los 3340 millones. Esto son unos 82 millones de facturas más que en los doce meses anteriores, para un incremento final del 31,98 %.
“La expansión de la factura electrónica en España viene explicada, en parte, por el aumento de la digitalización empresarial tras la pandemia“, explican desde SERES.
Pero es que, además, “la Ley de Creación y Crecimiento impulsada por el Gobierno de España, que entró en vigor el 19 de octubre de 2022, introduce como novedad la obligatoriedad de uso de la facturación en las relaciones comerciales entre empresas privadas y profesionales del sector con el fin de impulsar el emprendimiento y el desarrollo empresarial”.
La nueva normativa será de obligado cumplimiento para empresas y autónomos con más de 8 millones de facturación en la primavera de 2024. Las demás deberán utilizar la factura electrónica, como tarde, a partir de la primavera siguiente.
“Esto hace prever que el avance de la e-factura seguirá creciendo, convirtiéndose en una oportunidad única para agilizar, mejorar la eficiencia de las empresas y optimizar recursos”, insisten los autores del estudio.
“Las herramientas digitales, en especial la factura electrónica, siempre han brindado grandes beneficios a las compañías. Sin embargo, el carácter esencial de la digitalización empresarial nunca había sido tan evidente como hasta ahora”, comenta Javier López, director general de SERES.
Por tipo de empresas, las de pequeño tamaño son, curiosamente, las que más están facturando electrónicamente en España. Fueron las principales emisoras en 2022 con un 36,17 % del volumen total. Además, registraron un 32,12 % de las recepciones.
Más de la mitad de las empresas que usan ya la factura electrónica pertenece al sector terciario. Aquí se enmarcan cerca de 6 de cada 10 de los negocios que emiten facturas de este tipo y un 50 % de las compañías que las reciben. En segundo lugar figura el sector secundario, con exactamente un 47,90 % de las empresas emisoras y un 42,01 % de las receptoras. Mientras, el sector primario sigue teniendo una tarea pendiente, no llega ni a una representación del 2 %.
SERES destaca por encima de todas las empresas analizadas a los negocios de retail y también a la industria. Y, más concretamente, a las fábricas.
En cuanto a la distribución geográfica, la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía configuran el top 3 de lugares emisores y receptores. En el extremo opuesto se sitúan las Islas Baleares y las ciudades de Ceuta y Melilla. También tienen que mejorar Extremadura a nivel de emisión de facturas electrónicas y La Rioja en cuanto al número de facturas recibidas.
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