¿Será España un país sin efectivo en 2030?
Cuatro de cada diez empresas españolas opinan que podríamos ser un país sin efectivo en 2030 o antes. ¿Qué impacto podría tener en las compañías?
El pago con tarjeta de crédito o débito se encuentra ampliamente implantado en nuestro país y no para de crecer. De hecho, el número de operaciones realizadas con tarjeta creció casi un 14% el año pasado, según los datos del Banco de España. A la par, las apps de pago de Google, Apple y Samsung, que permiten pagar con el móvil, van avanzando poco.
Ante este panorama, cabe preguntarse si España será pronto un país sin efectivo. Según el ‘Informe Europeo de Pagos’ elaborado por Intrum, compañía de gestión y prevención de impagos, el 43% de las empresas españolas encuestadas cree que podía ser así en 2030 o antes. Llama la atención el 8% de organizaciones que cree que la desaparición del cash podría producirse en los próximos dos años. Por el contrario, un 57% de las compañías considera que la desaparición del metálico en nuestro país tardará más tiempo en llegar o no lo hará nunca.
La percepción varía mucho dependiendo de la comunidad autónoma en la que preguntemos. Las empresas que ven más posible un país sin efectivo en 2030 son las madrileñas (52%), aragonesas y valencianas (50%). En el lado opuesto, las murcianas (29%), castellanoleonesas (31%) y gallegas (33%) son las más escépticas.
Si nos comparamos con nuestros vecinos, estamos por debajo de la media, ya que el 48% de las compañías europeas se imagina una sociedad sin cash en 10 años. De hecho, España es uno de los países que lo ven menos probable.
Sea cual sea el horizonte temporal en el que lleguemos (o no) a la eliminación del efectivo, ese escenario tendrá efectos colaterales. Alrededor de un tercio de las compañías consultadas en nuestro país opina que disminuirá el riesgo de las operaciones (40%), los costes operativos (36%), el riesgo de pérdida de clientes (36%), los gastos generales de la empresa (35%) y los gastos en consumo (34%).
Por el contrario, buena parte de las organizaciones (40%) creen que se incrementará su exposición a ciberataques. Si descendemos a los datos regionales, las empresas vascas son las que se más se preocupan ante una sociedad sin efectivo, pues el 72% considera que aumentaría su exposición a los ciberataques. También muestran su inquietud las aragonesas (63%) y madrileñas (59%).
Destaca la ‘bipolaridad’ de los datos registrados en algunos ámbitos. Por ejemplo, cerca un tercio de las compañías piensan que la ausencia de metálico reducirá la eficiencia de las rutinas y la contabilidad de los pagos (32%), mientras que casi la misma proporción (28%) cree que la aumentará. Igualmente, el 32% de las compañías augura que en una sociedad sin efectivo se reducirá la información de datos de las transacciones a disposición de las compañías, mientras que un 30% espera todo lo contrario.
En cualquier caso, el dinero en efectivo todavía goza de muy buena salud. Según un estudio del Banco Central Europeo, el 87% de las transacciones en nuestro país aún se realiza en cash. Aunque hay que señalar que generalmente se trata de pequeños pagos, pues el valor medio de las operaciones en efectivo está por debajo de 9 euros.